¡Hala, al cachondeo! Pero qué marcha, qué poderío... si es que los jubilados de hoy en día están hechos de hierro, o mejor dicho, de diamante, que aún es más fuerte y más valioso... Ahí estaban casi cien marchosos entrados en años moviendo el esqueleto en el I Concurso de Jubilados del centro cultural de la Almozara, tan emocionados y tan guapos, vamos, que daban hasta envidia, aunque de la sana.

Ayer se eliminaban a tres de las 18 parejas que concursaban en el baile, por lo que la emoción estaba al máximo. "Venga, que esto empiece ya que tenemos a una pareja que baila muy bien y queremos que ganen...", decía María Villarroya, una jubilada que aseguró que aunque no baila "hace yoga e informática".

Pero lo bueno llegó con la música, El pasodoble de la mujer española fue la primera canción del concurso para entrar en calor. Todo un espectáculo ver una veintena de brazos en alto, las cinturas bien juntitas y los pies en polvorosa al compás de esta tradicional canción, aún con el tacón de aguja que llevaban algunas...

Para seguir la marcha, el que no podía faltar: Georgi Dan y su ...el negro no puede, el negro no puede, el negro no puede, no puede bailar . ¿Pero cómo no va a poder bailar? Si estos se mueven como ya quisieran algunos... Si ya lo decía José Barbera, "ahora los jóvenes son unos sosos, sólo se mueven con cubatas, mira nosotros...".

Pero la sesión dance amenizada a los platos por Dj. Emiliano, un jubilado con mucho arte, no se quedó ahí, no. Tras el vals y los Panchos le tocó el turno de Corazón salvaje , de Marcela Morelo. Y ahí llegó la locura: palmas, gritos de ¡olé!, emoción a raudales y mucho arte; tanto que había alguna como Teresa Murillo, que se arrepentía de no estar en la pista. "Me dan ganas de salir y bailar como loca".

La bisabuela

Pero si hubo alguien que destacó por todo, esa fue Visi Rodríguez, de 64 años, que bailó con su esposo Ernesto Vijuesca. Para empezar se le veía a una legua: con el pelo rojo chillón y un piercing en la nariz. Y luego por su gracia, encanto y pasión que le ponía a cada nota musical. "Yo es que esto lo vivo y eso que no estoy a 100%, que si no, vamos...". Cuando salió elegida tras la eliminación, una ovación inmensa la aplaudió. "Mira, la bisabuela, si es que tiene una marcha...". Y ella tan orgullosa, levantó los brazos y echó besos al público. "Soy bisabuela, he vivido 30 años en Alemania y me siento muy joven. Creo que bailo desde que tengo uso de razón y seguiré haciéndolo hasta que pueda", dijo convencida.

Rufino Rodenas, el organizador del evento, destacó la alegría con la que todos habían acogido la propuesta. "Todos los que bailan aquí participan en muchos concursos, pero aquí hace ilusión por ser el barrio". Ahora sólo queda esperar al día 18 para saber quién es la pareja más bailona.