Una abogada zaragozana ha sido condenada a tres años de prisión por haberse apropiado de 129.500 euros de una clienta, como parte de la herencia que tenía que recibir una joven por el asesinato de su padre, el crimen del cibercafé, ocurrido en el 2011. Los magistrados condenan a la letrada C. R. P. a tres años de prisión: dos por la apropiación indebida del dinero (que tendrá que devolver) y seis meses por falsedad en documento mercantil y estafa procesal. Porque la condenada elaboró un documento para justificar que la exclienta aún le debía más dinero, y demandarla por vía civil.

Según recogen los magistrados de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza, la clienta había contratado a la abogada ya en el 2004, para la demanda de paternidad y pensión de alimentos contra el que luego sería víctima de asesinato.

En el 2011, el ya reconocido padre de su hija, Rubén F., fue asesinado en el cibercafé que regentaba en la calle Navas de Tolosa, del zaragozano barrio de Delicias.

Durante la instrucción, la mujer se presentó como acusación particular y al tiempo dio poderes a la abogada para que gestionase en su nombre todos los trámites relativos a la herencia.

La abogada había fundado una empresa de asesoría jurídica para proyectos de ingeniería a medias con su marido -al que también acusaba la afectada, pero ha sido absuelto-, y tras tramitar la herencia en el notario y acudir al banco con la clienta, ingresó el dinero en una cuenta suya.

Luego transfirió gran parte del dinero a la mujer, pero se quedó el 10% retenido, con conocimiento de la mujer, para ir descontando los gastos que pudiera conllevar permanecer como acusación particular en el caso de asesinato.

Sin embargo, la mujer acabó optando por retirarse de este proceso, y pidió a la abogada que le devolviera el remanente de los 129.500 euros.

Pero C. R. P. no le reintegró el dinero y presentó una demanda por vía civil contra la mujer (en realidad, contra su hija, como heredera), por impago de sus honorarios, otros 6.000 euros.

La letrada acabó desistiendo de este proceso, alegando que la mujer había aportado documentación falsa. Pero inició un segundo, que quedó en suspenso cuando se inició esta causa penal.

Durante estos procesos aportó un documento firmado por ella misma, como representante de la exclienta, con la empresa de ingeniería familiar. Justificaba con él el pago de ese 10% de la herencia, pero los magistrados no le dan validez, entre otras cosas porque la afectada no intervino en él y tenía fecha muy posterior a los servicios que supuestamente se abonaban. De hecho había otro documento con una factura de 29.000 euros por sus servicios de letrada, con un «pagado» manuscrito.

Por ello la condenan también por falsedad en este documento y tentantiva de estafa procesal, por aportarlo al procedimiento civil e intentar así llevar a engaño al juez.