El Juzgado de lo Penal nº 5 de Zaragoza ha condenado a una mujer, Y.W, por un delito de intrusismo tras la intervención como acusación particular del Colegio de Podólogos de Aragón. La condena ha sido a una pena de doce meses de multa con cuota diaria de 6 euros y a las costas procesales, incluidas las de la acusación particular.

Durante el juicio, según informó ayer el colegio, quedó probado que la acusada regentaba un negocio en la calle Andrés Vicente de Zaragoza bajo la denominación Yulian, Masaje Terapéutico, Digitopuntura, Reflexología y Podología. «En este establecimiento realizaba servicios propios de podología, que afectan a la salud, sin estar en posesión de la titulación universitaria ni estar colegiada», añadieron.

El presidente del Colegio de Podólogos de Aragón y secretario general del Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, Rafael Navarro, destacó que»un callo no es un problema estético, sino de salud, como también lo es la presencia de durezas y uñas distróficas (con grosor). Deben ser diagnosticados y tratados por un podólogo», añadió.

La lucha contra el intrusismo y la ilegalidad en el ejercicio de la profesión es una de las prioridades de estos profesionales. «No solo perjudica a los profesionales titulados y colegiados sino también y sobre todo a la ciudadanía, al poner en riesgo la salud de los pacientes, que en casos especialmente serios como el pie diabético puede derivar en graves complicaciones cuando son tratados por individuos sin titular», dijoeron. El Consejo de Podólogos pide a la Fiscalía y a las fuerzas de seguridad del Estado que «incrementen los esfuerzos» en la investigación y persecución.