Y. Q. C., una joven de 21 años y estudiante de primero de Bachillerato de Ciencias Sociales, ha aceptado una pena de dos años de prisión y una multa de 600 euros --canjeable por otro mes de cárcel en caso de impago-- como autora de un delito de tráfico de drogas por hacer de mula para un traficante.

Una patrulla de la Policía le intervino cuando estaba sentada con una compañera de clase en un banco de la calle Menéndez Pelayo, junto a la zona universitaria, doce papelinas de cocaína que sumaban un peso de 9,15 gramos y cuya pureza se elevaba al 19,6%.

La muchacha poseía la droga "con intención de entregarla a un tercero comprador de la misma, actuando de intermediaria en la venta de dicha sustancia por cuya entrega recibiría la cantidad de 300 euros", señala la sentencia emitida por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza.

La joven fue detenida por tres agentes del Cuerpo Nacional de Policía que formaban parte de un dispositivo especial de vigilancia del tráfico de drogas en el entorno universitario. A los policías les llamó la atención el fuerte olor a marihuana que desprendía el cigarrillo que se estaba fumando su compañera de banco, por lo que procedieron a identificarlas y a registrar sus bolsos.

Por otro lado, A. T. V. y W. G. F. E. han aceptado ante la misma sala de la Audiencia sendas condenas de año y medio de prisión y 418 euros de multa como autores de un delito de narcotráfico.

La Guardia Civil le intervino al primero, vecino de de Illueca y que solía viajar a Calatayud a visitar al segundo, una bolsa con 34 gramos de cocaína de una pureza del 8,2% que este acababa de venderle en un bar.