El Tribunal Supremo ratificó recintemente la condena a un guardia civil del puesto de Tarazona que, en febrero del 2012, agredió a dos superiores -un cabo y un sargento, comandante de puesto- cuando trataban de mediar en una pelea que tuvo con otro agente, en una noche de copas. El Alto Tribunal avala la pena impuesta por el Tribunal Militar Territorial Tercero de Barcelona, que le impuso siete meses de cárcel por dos delitos de insulto a un superior -en la modalidad de maltrato de obra- y dos multas que suman 480 euros por faltas de lesiones, producidas al otro agente y a la mujer de este.

Según recogen los hechos probados, la agresión ocurrió el 18 de febrero, tras una cena celebrada en el pabellón de solteros del cuartel de Tarazona. Tras la velada, el guardia civil condenado (Bernardino, siguiendo los nombres ficticios que usa el Supremo), otro compañero y su mujer, así como otras vecinas y el cabo comandante del puesto turiasonense, se fueron de bares.

Sobre las 3.00 horas, la mujer del compañero afirmó que el condenado le había tocado los genitales, por lo que su marido recriminó a su compañero y salieron del bar. La discusión degeneró en pelea, y Bernardino le dio un puñetazo a su compañero, que recibió su mujer, al interponerse.

Aun así, logró darle un cabezazo antes de que dos de sus superiores -el cabo, jefe de puesto en Tarazona y un sargento, jefe del vecino puesto de Vera de Moncayo- le sujetaran. El compañero le acusaba de «violador» y le amenazaba con denunciarle, así que Bernardino se zafó de sus superiores, dando un cabezazo al primero y empujando al segundo, para volver a por él.

En su defensa alegó que todos estaban fuera de servicio, pero el Supremo le recuerda que sabía con quién se enfrentaba.