La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a Antonio José Rosa Moral, vecino de Casetas, a veinte años de prisión por asesinar a su cuñado con 16 puñaladas, y a pagar 250.000 euros a la familia del fallecido.

Tras el juicio, con jurado popular, este tribunal ha considerado probado que el acusado compró un cuchillo el 15 de septiembre de 2012, con el que le asestó al menos 16 cuchilladas a José Luis López Amador, causándole la muerte inmediata, según la sentencia a la que ha tenido acceso hoy EFE.

El ahora condenado huyó tras los hechos, permaneció seis días escondido y, finalmente, fue su madre la que lo entregó.

También se ha dictaminado que el acto fue cometido de manera sorpresiva, sin tener posibilidad el fallecido de defenderse, y que se produjo ensañamiento.

En esta sentencia, el tribunal impone una pena de cárcel de 20 años, menor que la solicitada por la fiscalía y por la acusación particular, debido a que el condenado se encontraba en tratamiento psiquiátrico y a que en el trámite de su última palabra se mostró arrepentido de los hechos y pidió perdón a la familia del fallecido.

Los hechos se remontan al 15 de septiembre de 2012 cuando Antonio José Rosa Moral, tras abandonar el bar de las piscinas de La Joyosa y adquirir un cuchillo deportivo, cubrió una distancia de unos cinco kilómetros y apuñaló a José Luis López Amado, que en ese momento tenía 2,71 gramos por litro de alcohol en sangre.

La disputa entre Rosa Moral y su cuñado, al que supuestamente había amenazado de muerte públicamente en varias ocasiones, proviene al parecer de la quiebra derivada del negocio textil del hermano de su mujer en el que, según el condenado, ella entró a participar en contra de su opinión.

En el comienzo del proceso, la fiscalía solicitó 23 años de cárcel por asesinato con las agravantes de alevosía y ensañamiento así como por parentesco familiar, mientras que la acusación particular solicitó por estos mismos delitos 25 años y una indemnización de 300.000 euros.

El abogado de la defensa, Fernando Lacruz, pidió en un primer momento la libre absolución, ya que el acusado no reconoció el asesinato.