Un hombre de 50 años ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Zaragoza a cuatro años de prisión por supuestos delitos de abusos sexuales a dos menores, de 13 y 12 años respectivamente en el momento de los hechos, y al pago de indemnizaciones por 4.500 euros, y le ha sido prohibido acercarse a ellos durante cinco y tres años.

El tribunal considera probado, según la sentencia, que Ángel V.L., de 50 años y propietario de un bar en Zaragoza, contactó en el verano de 2016 con dos menores a quienes comenzó a obsequiar con "pequeñas prebendas", como refrescos, chucherías, pequeñas cantidades de dinero o recargas en sus teléfonos móviles y a quienes confesó en un determinado momento su condición de homosexual.

En un momento dado, el acusado contactó telefónicamente con los dos menores y, a través de whatsapp, les invitó a su establecimiento para mantener relaciones sexuales y les pidió fotografías íntimas.

Los hechos que se declaran probados son constitutivos de delitos de abusos sexuales tipificados en el Código Penal, que sanciona como tal el contacto, a través de Internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología de la información o la comunicación con un menor de 16 años para proponerle encuentros a fin de mantener relaciones sexuales o para requerirle material pornográfico.

Durante el juicio, el acusado no negó el envío de los mensajes y alegó que todos ellos se encuadraban "en un contexto de broma", pero la sentencia rechaza el efecto exculpatorio de esta manifestación "ante el evidente y palpable sentido lúbrico y libidinoso" de las manifestaciones realizadas por el acusado.

Sin embargo, no considera probado que efectivamente el acusado realizara actos de carácter sexual con uno de los menores, entre otras cosas porque la única prueba es la declaración de la víctima y esta cambió en el juicio el relato de los hechos que había hecho en sede policial.