El Grupo de Atestados de la Policía Foral de Navarra considera que el conductor que atropelló mortalmente al joven zaragozano Carlos Pellejero Remacha, en Tudela, «demuestra con su comportamiento que no respeta al resto de usuarios de la vía al circular de forma temeraria y que pretende alcanzar los límites físicos del propio vehículo».

Esa es la conclusión a la que llegan los investigadores en el nuevo informe técnico que han realizado y que complementa al inicial del siniestro, ocurrido el pasado Domingo de Resurrección en el camino de Las Norias de la localidad navarra. Destacan que las huellas de fricción lateral marcadas por los neumáticos del turismo demuestran que el «conductor, al aproximarse a la curva a gran velocidad, realizó una maniobra brusca de giro que llevó al coche a deslizarse de forma lateral apoyándose solamente el neumático anterior izquierdo». «Las otras tres ruedas se deslizan por el margen derecho del camino por un espacio de 26 metros», recalcan.

También resaltan que «en ningún momento se observan marcas de huellas de frenado», por lo que consideran que A.P.C. «optó por mantener la trayectoria, a pesar de haber peatones en peligro que podían ser atropellados, como así ocurrió».

Los agentes tienen en cuenta las declaraciones de los testigos en las que afirmaron que escucharon un ruido por un vehículo al girar, si bien la Policía Foral considera que «el punto de decisión -para evitar el atropello- coincidió con la percepción, por lo que no había suficiente espacio para la huida». Señalan que la vegetación existente no permite escapar del camino más allá de uno o dos metros aproximadamente.

PUDO EVITARLO

Pero los agentes van más allá y llegan a afirmar que el conductor del turismo implicado «pudo ver a los peatones desde la suficiente distancia (mínimo 20 metros) como para rectificar su trayectoria».

Una actuación que la Policía Foral enmarca en dos circunstancias importantes: la velocidad y que A.P.C. conducía bajo la influencia de la cocaína y el cannabis. Los agentes, además, realizaron una inspección del turismo para comprobar, como así han evidenciado, que el mantenimiento del mismo era correcto.

Como consecuencia del accidente, el turismo sufrió daños en el capó, en el techo y la luna se rompió. A pesar del deficitario estado del mismo, A.P.C. se fugó del lugar de los hechos y se refugió en su casa del municipio navarro de Milagro. Fue allí donde fue detenido por la Guardia Civil. De hecho, la abogada del joven zaragozano fallecido, Carmen Cifuentes, acaba de solicitar al juzgado instructor de Tudela que declaren los dos agentes del instituto armado que intervinieron en dicha actuación. De esta forma, la penalista zaragozana quiere evitar que se aplique la atenuante de colaboración, ya que se entregó ante la presión policial.