Los conductores del tranvía de Zaragoza comunicaron ayer al comité que impulse la convocatoria de paros en el servicio. Exigieron, reunidos en asamblea, volver a convocar una huelga «porque la dirección no entiende otra manera de negociar». Tal y como adelantó este diario, los «incumplimientos» del acuerdo alcanzado el pasado mes de octubre, cuando se pactó la suspensión de la primera huelga, han llevado a los trabajadores -solo a quienes llevan el Urbos 3- a retomar sus protestas y a planear un calendario de afecciones al servicio para el próximo mes de marzo. Este coincidiría, en esta ocasión, con las fiestas de Semana Santa.

«Así no se puede seguir. La dirección de la empresa se ha limitado a pagar el plus que prometió -unos 125 euros mensuales a cada conductor- y no garantizar los descansos o unas buenas condiciones de trabajo. Tienen todavía las cabinas hechas polvo y no cumplen ni con los estudios de ergonomía que ellos mismos encargaron», expusieron ayer desde el comité de empresa. Este tiene previsto reunirse mañana para, oficialmente, convocar unos paros que, por lo comentado ayer con los conductores, reeditaría los que se iban a realizar en las pasadas fiestas del Pilar. «Todos los martes, jueves y sábado en horario de mañana y de tarde», expusieron los representantes sindicales. Como en octubre, se harían de 8.00 a 10.00 horas en la jornada matutina, y de 19.00 a 21.00 en la vespertina.

Eso se producirá salvo que en las próximas horas haya algún entendimiento. Y es que el comité también explicó a los empleados de Tranvías Urbanos de Zaragoza que los responsables de la empresa les habían convocado para hoy «a tres reuniones distintas» para abordar cuestiones de prevención de riesgos, de mantenimiento y de seguimiento del propio acuerdo de octubre. «Lo que no han hecho en seis meses lo quieren hacer en un solo día», lamentó el comité.

Entre los incumplimientos que este denuncia destaca una cuestión «fundamental» como son los descansos al final de línea. Según explicaron los representantes sindicales, el ayuntamiento le exige a la empresa hacer todo el trayecto, Valdespartera-Parque Goya, en 40 minutos para no penalizarle. Estos serían dos minutos más de los que la operadora dice necesitar, pero en la práctica el recorrido no lo hace en 38 sino en 40. Esos dos minutos se restan a los siete que dice ofrecer al conductor para descansar. «Ni siquiera permiten tener registros y en la primera reunión lo que plantearon era modificar lo acordado», añadió el comité.