Nunca antes fue tan fácil y rápido comprar un producto en China desde un recóndito pueblo del Pirineo aragonés. Cualquiera que tenga acceso a internet y una tarjeta de crédito puede recibir en apenas dos semanas uno de los millones de artículos que inundan los portales de comercio electrónico de compañías como Aliexpress (perteneciente al gigante Alibaba). Este es uno de los efectos de la globalización y de la irrupción de China como un actor determinante en la nueva economía mundial.

El país ha desplegado sus tentáculos en el mercado europeo y está dispuesto a realizar multimillonarias inversiones en los próximos años. El sector automovilístico, el de la salud, la biotecnología, y los productos y servicios de consumo se han convertido en los principales receptores de la inversión china. El objetivo del país es posicionarse en un continente que parece recibirle con los brazos abiertos, aunque con algunas cautelas. Y eso puede suponer, por ende, ganar la batalla a Estados Unidos en una pugna geopolítica que se intensifica a golpe de tweet de Donald Trump.

Lazos con Aragón

Conscientes de la pujanza de China, el Gobierno de Aragón inició hace un par de años contactos institucionales y comerciales que vivieron su punto álgido el pasado mes de noviembre. La delegación aragonesa, encabezada por el presidente Lambán, estableció importantes contactos con empresas de sectores como el automovilístico, la agroalimentación y el comercio electrónico. Y todo ello con el beneplácito del gobierno chino y de su presidente, Xi Jinping.

Y ahora, apenas unos meses más tarde, el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, pretende visitar China para estrechar aún más lazos con la ciudad de Taizhou, con la que Zaragoza mantiene un vínculo desde hace varios años e importantes relaciones comerciales, culturales y educativas. La expedición, de la que formará parte el Patronato de Turismo, representantes del Instituto Confucio, la Universidad de Zaragoza, la Terminal Marítima de Zaragoza, la Cámara de Comercio y representantes del clúster sanitario de Aragón, entre otros, no es un hecho aislado. Todo apunta en una misma dirección: seducir al capital chino.

Las expectativas de inversión de China en Aragón abarcan sectores muy diversos. La posibilidad de que uno de los mayores fabricantes chinos de baterías para coches eléctricos se instale en la comunidad es una opción no descartable y supondría un espaldarazo superlativo para el sector en Aragón. Ya dijo la ministra de Industria, Reyes Maroto, que Aragón estaba bien posicionada para albergar esta instalación. El río suena, de momento.

Otro de los anhelos del Ejecutivo de Lambán es conseguir que una empresa de comercio electrónico se aloje en la Plataforma Logística de Zaragoza (Plaza), pero el reloj juega en contra por la proximidad de las elecciones y la imprevisibilidad de los resultados. La semilla está sembrada, pero los negocios con China siempre son a largo plazo, lo que hace casi improbable un anuncio en esta dirección. Eso sí, empresas como Alibaba ya han puesto sus ojos en el sur de Europa.

Año nuevo chino

Y todo esto sucede en un recién iniciado año en China. Comenzó el 5 de febrero y se prolongará hasta el 25 de enero del 2020. Y está dedicado al último de los animales del zodiaco en ese país: el cerdo, uno de los productos que más y mejor se venden en aquel país por parte de las empresas aragonesas. Las ventas del sector agroalimentario de la comunidad con destino al gigante asiático crecieron un 214% entre los años 2013 y 2017. Y el porcino es, sin duda, el gran exponente.

El comercio internacional con los países asiáticos también está en el punto de mira de Aragón. De hecho, las exportaciones a China rondaron los 400 millones en el 2018. Y la cifra irá en aumento en los próximos años. Además, el tren de la Seda hará parada en Zaragoza y el futuro del turismo en Aragón pasa, en parte, por atraer a adinerados ciudadanos chinos que recorran desde el Pirineo aragonés hasta el Bajo Aragón.