Forzó a su hijastro a practicarle felaciones, y a dejárselas efectuar, desde que tenía seis años y, durante más de un año, abusó repetidamente de dos de sus amigos de corta edad, a los que atosigaba mediante mensajes en una red social para que fueran a su casa a jugar cuando "el fin de tal reclamo era la práctica de los actos sexuales aberrantes". Cristian Gabriel Z. M. confesó ayer sus delitos y aceptó una condena de ocho años de prisión más la prohibición de acercarse a sus víctimas por un periodo de la misma duración y la obligación de indemnizar a los niños con una suma conjunta de 12.000 euros.

Cristian Gabriel Z. M., defendido por la letrada Carmen Sánchez, se enfrentaba a peticiones de condena que alcanzaban los 18 años de prisión por parte de la Fiscalía y de la familia de una de las víctimas, en cuyo nombre ejercía la acusación particular el abogado Jorge Toquero. Le imputaban delitos continuados de abusos, de exhibicionismo y de provocación sexual sobre los tres menores y otro contra la libertad sexual sobre los dos amigos de su hijastro.

PROTECCIÓN El juicio, señalado para ayer ante la Sección Sexta de la Audiencia de Zaragoza, no llegó a celebrarse tras alcanzar la defensa un acuerdo que, tras la confesión, reducía la condena a ocho años. Tanto el ministerio público como la familia que ejercía la acusación valoraron el hecho de que ese acuerdo evitaba a las víctimas tener que revivir los hechos.

El relato de hechos de la Fiscalía, aceptado por el acusado con la confesión, resulta espeluznante.

Desde agosto del 2011, cuando su hijastro tenía seis años, lo sedujo "bajo la promesa de comprarle determinados regalos" y "sirviéndose de su preponderante posición de padrastro" para que, tras quedar desnudo, accediera a practicarle felaciones y a dejárselas efectuar. Cuatro años antes, una noche que los dos compartían cama con la madre del niño, había intentado penetrarle analmente.

Un año después, en el 2012, dos amigos de su hijastro de doce y trece años se convirtieron en sus víctimas. Utilizó imágenes pornográficas que visionaba en un ordenador para "doblegar la voluntad" del primero aprovechando su "limitada esfera de autodeterminación sexual". Al segundo lo sometió a tocamientos tras haberle mostrado el pene. Lo había invitado a jugar con él y actuaba "guiado por su instinto lúbrico".

AGOBIANTE Cristian Gabriel Z. M. agregó a los dos niños como amigos en su perfil de una red social, desde el que les enviaba "con reiteración agobiante" mensajes en los que les proponía que fueran a su casa de Delicias a jugar. Lo hacía en realidad con un "propósito libidinoso" que "le llevaba a pretender que el fin de tal reclamo era la práctica de los actos sexuales aberrantes" que perpetraba con ellos.

El escrito de acusación del ministerio público relata otro episodio de atroz lascivia. Un día los persuadió que uno de ellos se desnudara totalmente y el otro de manera parcial. Hizo que el primero le practicara una felación y, después, se untó el pene con una crema o gelatina para comenzar a masturbarse y eyacular sobre la espalda del segundo de ellos. Cristian Gabriel lleva quince meses en prisión.