Los senadores y diputados aragoneses en el Congreso están supliendo con teléfono e internet su actividad presencial en las cámaras, entre nula y restringida (Tomás Guitarte, de Teruel Existe, sí acude por ejemplo a los plenos), y sus retratos son bastante coincidentes a la hora de descubrir el teletrabajo, no tan chollo como parece cuando no se practica, con sus jornadas interminables. Tampoco se hacen los mártires, «los que se juegan la vida son los que están en primera línea luchando contra el virus», como explica la socialista Susana Sumelzo, desde Ejea.

Algunos, como el senador Joaquín Egea, de Teruel Existe, intentan también echar una mano en este primera línea. Antes de salir elegido era técnico de electromedicina en el Hospital de Alcañiz, y tras el estallido de la pandemia pidió permiso a la Cámara Alta para colaborar en su antiguo puesto. «Me dijeron que, si era voluntario, sin problema, así que voy de vez en cuando a echar una mano al compañero que me sustituyó», explica. Lo que compagina con su propia labor como senador y «ayudar a preparar las intervenciones de Tomás (Guitarte) en el Congreso».

La actividad no se detiene, para sorpresa de algunos, como el también senador, socialista, Miguel Dalmau. «La verdad es que yo pensaba que se pararía un poco, pero seguimos con reuniones sectorizadas, y como cámara territorial intentamos estar muy pegados a la comunidad, y transmitir los problemas en las distintas comisiones, la comunicación es fluida», expone.

Eloy Suárez, diputado zaragozano del PP, puede dar fe de que trabajo no falta. «Al final de este periodo fácilmente habré presentado 3.000 preguntas, porque voy prácticamente pueblo a pueblo. Las cifras macro se comen la realidad de cómo se ayuda a la gente en un pueblo de 200 habitantes, y no lo podemos permitir», explica.

Como representante en la comisión de Hacienda, la economía que se avecina «el día después» está siendo su gran preocupación, y devora cualquier dato que cae en sus manos. En este sentido, el encierro le está haciendo recordad viejos tiempos, «de cuando preparaba las oposiciones, con 12 o 14 horas al día encerrado estudiando».

También la socialista oscense Begoña Nasarre da fe de que, con el teletrabajo, «le faltan horas al día» para completar la actividad. Sobre todo cuando, como ella, tienen que compaginar la actividad nacional con la alcaldía, en este caso de Alcolea de Cinca. «El Zoom nos ha salvado la vida», explica, en referencia a uno de los programas de internet que permiten realizar videoconferencias, continuas con otros miembros del grupo socialista en el Congreso, como Alfredo Sancho, o las distintas comisiones en las que participan.

En casa, se van apañando, aún cuando haya que compartir espacio de trabajo, en el caso de la senadora popular Ana Alós, e internet con dos hijas estudiando. «Nos hemos vuelto expertos en todas las aplicaciones de videoconferncias que hay», cuenta, buscando su sitio en la oficina compartida de la mesa del comedor.

Alós reparte también su tiempo también entre diversas iniciativas solidarias, además de la donación conjunta de 250.000 euros que el PP destinará, con parte de las dietas percibidas, a entidades de alimentación y compra de materiales solidarios. Entre ellas, las organizadas por Con Causa.

Teruel Existe ya anunció donaciones, y las realiza a título particular, y los socialistas también dejaron libertad en este aspecto. Nasarre, por ejemplo, las reparte entre Cruz Roja y Cruz Blanca, mientras Sumelzo las realiza en la cuenta que el Estado habilitó para el coronavirus.

Suárez recordaba que en el 2008 el Congreso ya descartó, por inconstitucional, que se pudieran recortar dietas, por lo que pide huir de la «demagogia».