E l nuevo diseño del cruce entre el paseo de Sagasta y la avenida de Goya de Zaragoza no pudo estrenarse de peor manera, con un motorista herido. Ayer, por la tarde, tan solo unas horas después de la inauguración del nuevo tramo de carril bici y del paso de peatones, un aparatoso accidente entre un coche y una moto en el cruce entre ambas vías dejó un motorista herido y una conductora aturdida y alarmó a los viandantes que paseaban por la zona.

En el accidente, cuyas causas investiga la Policía Local, la moto quedó destrozada en el centro del cruce, sentido avenida de Goya, tras impactar en una de las partes laterales traseras del coche, cuya conductora perdió el control y no pudo evitar el impacto con una farola en la acera de enfrente de la pastelería Tolosana. El motorista, que fue atendido por las asistencias junto al bulevar de Sagasta, mostraba claros signos de dolor en una de sus rodillas y fue trasladado al hospital Miguel Servet, mientras la conductora. Por su parte, la conductora, tras recuperarse del susto, no presentaba lesiones en apariencia.

El cruce entre ambas vías, punto habitual de accidentes en Zaragoza, inauguraba ayer dos nuevos tramos del carril bici que dan continuidad al vial de la avenida Goya, lo que evita que los ciclistas tengan que dar un rodeo subiéndose a la acera, y un nuevo paso de cebra que conecta los dos andadores del bulevar del paseo de Sagasta. Las novedades despistaron desde primera hora de la mañana a unos y otros y las escenas de confusión entre conductores y ciclistas se sucedieron. Esas dudas hicieron necesaria la presencia de efectivos de la Policía Local, que trataron regular el paso al dictado de los nuevos semáforos instalados que se han añadido a los que ya existían.

La remodelación de ese punto también ha generado polémica por el recorte en la zona infantil del andador del paseo de Sagasta que ha sido vallada para tratar de evitar los atropellos de niños por los ciclistas, que cada vez más se lanzan a circular por el bulevar, territorio habitualmente transitado por los peatones. El escaso espacio que queda entre el espacio de juegos y la jardinera hace que muchos vecinos cuestionen la conveniencia del tránsito de vehículos de dos ruedas por ese punto.