Numerosas personas acompañaron a la familia de Francisca Saila Barrios, la joven desaparecida en Laredo hace unos días, en el funeral y el entierro de la joven, que tuvo lugar ayer en Castejón de Sos, su localidad natal. Amigos y familiares recorrieron a pie el largo tramo que separa el casco urbano del municipio --suele hacerse en coche--, mientras varios mozos transportaban el féretro sobre los hombros. En honor a esta joven amante de la hípica, el recorrido fúnebre se desvió hasta el cámping y la escuela de equitación en los que había trabajado la joven.

Mientras los 400 habitantes de esta localidad asistían a los oficios, seguían las pesquisas para esclarecer las causas de la muerte de Francisca Saila. El entorno más cercano a la joven, que descarta la hipótesis del suicidio, sigue teniendo muchos interrogantes. Pasaron varias días desde que desapareció en Laredo hasta que fue hallada muerta al pie de la Torre de Hércules (La Coruña). "Y nadie explica qué hizo en esos días, dónde estuvo o cómo estuvo", apuntan fuentes próximas a la familia. "Además, no se explica cómo una persona de cincuenta kilos que cae desde 60 metros --los que tiene la torre-- sólo presenta una fractura en la cabeza". Estas mismas fuentes recalcaron el agradecimiento a la policía judicial de Laredo, que sigue investigando el caso. Francisca Saila no presentaba signos de violencia ni restos de sustancias estupefacientes en la primera autopsia. Queda conocer los resultados de la segunda.