Pilar Ventura vuelve a formar parte de un Consejo de Gobierno, después de su etapa como consejera de Ciencia, Tecnología y Universidad en el último Gobierno de Marcelino Iglesias, desde abril del 2008 hasta julio del 2011. Por tanto, tiene experiencia en la alta gestión política a pesar de que es una política sui generis, alejada de los aparatos del partido y una especie de verso suelto de la política a pesar de que desde muy joven ha estado vinculado a ella. Precisamente, su espíritu libre hizo que no saliera muy bien parada de su primera etapa como consejera, puesto que no repitió y se le dio una salida --ante la falta de comunicación con quien entonces dirigía el aparato socialista-- en el Gobierno central, concretamente como directora de Coordinación Autonómica del Ministerio de Presidencia.

Coordinación

Es precisamente la coordinación y el manejo burocrático una de sus especialidades, ya que esta licenciada en Derecho y funcionaria autonómica de la escala superior desde 1991 ha tenido responsabilidades en la gestión y organización de recursos materiales y humanos. Sus datos la avalan: empezó su carrera de gestora en 1993 como secretaria general del Servicio Aragonés de Salud hasta 1994. Posteriormente, ha ocupado diversos puestos en la misma administración y desde el 2000 asumió la jefatura de servicio de Relaciones Laborales y Asuntos Sociales.

Además, ha sido directora general de Personal del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón y estuvo al frente de la Dirección General de la Función Pública dependiente del Departamento de Presidencia.

Ventura es una persona de confianza de Celaya, por lo que en este breve periodo de tiempo en el que va a ocupar su puesto (en mayo hay elecciones) no se espera que haga grandes cambios, y su gestión será más bien continuista. De hecho, el ya exconsejero la recuperó en el 2015 para ser su número 2 y desde la discreción de un despacho así ha ejercido.

Tendrá poco margen de maniobra y escasa capacidad de acción política en el ocaso de la legislatura, pero su experiencia en la Administración y su capacidad de adaptación le permite asumir sin sobresaltos una de las consejerías más complejas de administrar políticamente.