El nuevo rostro de la calle Don Jaime I, poco a poco, se va desvelando conforme se retiran esos vendajes que son las vallas de obra. Desde hace unos días, el tramo que discurre entre la calles Espoz y Mina y la de Santiago ya es transitable para peatones. Este fin de semana, transeúntes, vecinos y turistas pisaban el nuevo firme elevado y no era difícil captar comentarios al aire de los paseantes sobre la intervención. Un aspecto distinto que, en principio, no cambia las reglas del juego -autobuses, taxis y residentes podrán seguir circulando- y que residentes y foráneos ven con buenos ojos, aunque, como en todo, los matices marcan la diferencia.

«Me gustaría que fuera peatonal, aunque solo fuera este tramo hasta la calle Mayor, y eso que vivo aquí», observa Alfredo Maldonado, un vecino que reside en el trayecto recién descubierto. Así, y aunque ve «bien» la nueva cara de la calle, también se plantea otra cuestión relativa al «ruido que harán los autobuses al pasar por el nuevo firme. Si pasan y no hacen mucho ruido, no estará mal», juzga.

El autobús vuelve a despertar recelos a otro vecino de mismo nombre pero, en este caso, de San Jose. Para Alfredo, padre de niños pequeños, el paso de este transporte «sí que es un inconveniente», ya que «muchas veces los niños se guían por el escalón -entre acera y calzada- y, así, pierden esa noción de por dónde pueden ir», apunta. «Nos tenemos que intentar acostumbrar», recalca este vecino que también vería con buenos ojos, en principio, una peatonalización del centro.

¿Y PONER UN CARRIL BICI?

Otro de los peros que se encuentran los transeúntes tiene que ver con la bicicleta. Sobre este particular, dos vecinas de la Magdalena y del Arrabal que este domingo paseaban por Don Jaime consideran que debería discurrir un carril-bici por esta calle. «Con las nuevas normativas de bici tenemos la circulación totalmente coartada», recalca una de ellas que, además, observa como algo «casi imposible» cruzar desde el Arrabal hasta la plaza de España «sin infringir ninguna ley». De esta manera, y aunque le gusta el nuevo aspecto de la calle, desea que bicis, patones y coches pudieran convivir. Su acompañante, sin embargo, planteaba sus dudas sobre el nuevo alcantarillado y su capacidad de evacuación cuando una tormenta fuerte llegue a Zaragoza. «Estéticamente parece que está bien pero, en el plano pragmático, ya se verá qué pasará», apostilla.

Joaquín, otro vecino de Las Fuentes que transita esta calle con frecuencia ve «muy bien» el cambio y apuesta por dar el paso hacia la peatonalización: «Mejor así, y creo que esta calle peatonal sería una cosa buena», señala. Además, como profesional de la construcción juzga que el trabajo realizado es muy bueno.

Peatonalización, sumideros, bicicletas… a tenor de las opiniones, positivas en su mayor parte, Zaragoza plantea sus dudas sobre cuestiones particulares que el tiempo dirá si se ha acertado o no. De momento, Don Jaime enfila el tramo final de su cambio con la vista puesta en las fiestas del Pilar y, por supuesto, su futuro.