El Ayuntamiento de Zaragoza se gasta cada año un millón y medio de euros en eliminar grafitis del mobiliario público de la ciudad y cada día se retiran 91pintadas de media, principalmente en el barrio de la Magdalena. En esta zona del centro es donde se concentra el mayor número de mensajes en las paredes, según datos de FCC, la empresa encargada del servicio de mantenimiento.

El promedio anual, con unas 28.300 pintadas registradas, no ha variado de un año a otro. Según explicó el encargado general de la contrata de limpieza de FCC, José Miguel Marco, se nota que se produce un repunte en los grafitis cuando se producen huelgas, visitas institucionales polémicas o situaciones en las que hay una gran discrepancia social, como el procés.

Las zonas en las que más se actúa suelen ser aquellas en las que hay una gran concentración de bares de noche, espacios en los que se hace botellón y los alrededores de los institutos y parques. En cuanto a barrios, el Casco Histórico y, especialmente, la Magdalena, es el principal foco de atracción para aquellos que desean plasmar sus mensajes reivindicativos en las paredes, explicó Marco. «Normalmente las pintadas aparecen primero por Tenerías, el Coso Bajo, San Vicente de Paúl, Heroísmo o San Miguel, y luego se empiezan a ver por otros barrios», comentó Marco.

Estas calles se conocen como puntos negros y los equipos de limpieza acuden con frecuencia ya que, en paralelo a las pintadas, también aparecen orines, frutos caídos, palomina o suciedad en general.

Además de eliminar los grafitis, también se encargan de limpiar las manchas en las aceras o calzadas.

14 equipos / Zaragoza dispone de 14 equipos que llegan a todos los distritos de la ciudad y barrios rurales. Entre sus prioridades se encuentran siempre las pintadas ofensivas y alusivas a personas, instituciones, empresas, colegios o similares y solo se actúa en lugares públicos.

En este procedimiento, en primer lugar se atiende a los avisos del propio servicio, del ayuntamiento o la Policía Local. A cada aviso se le da una prioridad determinada.

Una vez realizados los trabajos diarios, los equipos acuden a los puntos negros y por último se recorren las calles del barrio, de forma progresiva durante la semana para ir comprobando la aparición o no de pintadas.

Los equipos llevan agua a presión y decapante (quitapinturas) y otros materiales especiales, ya que, según el tipo de pintada y la superficie, se actúa de una manera u otra: bien se repinta, se tapa o se elimina, en caso de que sean, por ejemplo, carteles.