El Ayuntamiento de Zaragoza invertirá este año 31.000 euros en la modernización y la mejora de los servicios que ofrece el mercadillo ambulante de la Romareda. En los próximos meses, se instalarán aseos públicos, un puesto de la Cruz Roja y una oficina municipal de atención a los comerciantes para que puedan realizar allí mismo sus gestiones administrativas. Así lo aseguró ayer el concejal de Mercados, Laureano Garín, quien apostó por poner en marcha una campaña de promoción del rastro. "Igual que se ha hecho con el pequeño comercio de la ciudad", dijo.

En su opinión, las 20.000 personas que cada domingo acuden a comprar al mercadillo revelan el interés que este espacio despierta entre los ciudadanos. "Pretendemos uniformizar el rastro, convertirlo en un espacio digno y, para ello, se va a incidir en la limpieza y en la uniformidad de los puestos", explicó el concejal. Aunque en las próximas semanas, los técnicos trabajarán en el diseño de este plan de modernización, Garín ya avanzó que se buscará homogeneizar las "formas". Por ejemplo, estableciendo un color estándar para los toldos de las casetas.

En cuanto a la limpieza del mercadillo, un asunto que preocupa enormemente tanto al consistorio como a los vecinos del entorno, se acordó ayer en una reunión de los agentes implicados extremar el cuidado. Los vendedores se comprometieron a dejar limpias las calles Hermanos Ibarra y Luis Bermejo y aceptaron la determinación del ayuntamiento de sancionar económicamente e incluso revocar licencias en el caso de que los propietarios de cada puesto no cumplan. Para facilitar estas tareas de limpieza, el consistorio facilitará bolsas de 80 litros a cada puesto e incrementará el número de contenedores.

A la reunión de ayer acudieron representantes del mercadillo, de la Junta de Distrito Universidad, de la Confederación de Empresarios de Zaragoza y de las asociaciones de vecinos de la zona. En la sesión, se dejó claro que ni a medio ni a corto plazo se prevé el traslado del rastro.