"Trabajar en una propuesta de acuerdo". Esto es lo que se decidió hacer en la reunión de ayer entre los grupos políticos del Ayuntamiento de Zaragoza, Remar y la Asociación de Vecinos de Rosales del Canal Entrelagos para solucionar el conflicto surgido en el barrio por el rechazo vecinal a la instalación del centro de rehabilitación de la oenegé. Los grupos, por unanimidad, acordaron pagar a Remar el dinero invertido en el inmueble para que abandone Rosales, como exigió la entidad. Todo apunta a que Remar dejará el barrio.

La cuantía final todavía se desconoce. Los servicios técnicos de Urbanismo valoraron los gastos de la construcción en 1.472.953 euros (sin IVA). Habría que añadirle 449.618 euros en conceptos de pago de tasas, estudios arquitectónicos y otro tipo de gastos. Todos los grupos calificaron de "razonable" y "lógica" esta exigencia. La otra gran incógnita es cómo se pagará el inmueble con la situación financiera del ayuntamiento y la prohibición, por ley, de invertir.

Lo que sí se zanjó es que, una vez pase a titularidad municipal, se destinará a uso social para el distrito, pero no de forma "inmediata" como explicó el teniente alcalde de Urbanismo, Carlos Pérez Anadón, dada la "situación económica". El concejal de IU, Pablo Muñoz, que pone como condición para aprobar la compra que se haga un plan de usos previo, añadió a este punto que terminar el inmueble podría hacer que el montante a invertir alcance los "4,5 millones".

Desde CHA, Juan Martín explicó que todavía quedan "vías por explorar" para zanjar el asunto y que hay que ver "la suficiencia financiera y cómo se puede pagar".

El popular Pedro Navarro coincidió que aún "hay que cerrar la cifra, el cómo y el cuándo" y añadió que "primero se tiene que cuantificar cuánto cuesta el aval para que lo resten al total".

El presidente de Remar en Aragón, José Luis López, da de tiempo hasta finales de julio para firmar el acuerdo. "Podemos reanudar los trabajos y terminar en ocho meses", dijo. En la próxima gerencia de Urbanismo se aprobará la suspensión del expediente que les obliga a retomar las obras antes de septiembre para no perder la licencia. La asociación se mostró "prudente". "Es un principio de acuerdo, pero vamos dando pasos", indicó Óscar Dea que aplaudió la "voluntad" de negociar.