Santa Eulalia de Gállego y la aldea de Morán se abastecen de agua potable a través de la red municipal desde el pasado viernes, tras levantar el consistorio la prohibición que mantenía por la presencia de residuos de lindano en el río Gállego y en las conducciones.

La semana pasada, según informó ayer el alcalde, José Antonio Casaucau, la Dirección General de Salud Pública ya autorizó a Santa Eulalia a beber agua potable, pero se mantenía la prohibición en Morán,una aldea dependiente del municipio de Murillo de Gállego.

"Ante esta contradicción, ya que la red de suministro y potabilización de agua del Gállego es la misma para los dos núcleos, este ayuntamiento mantuvo la prohibición", señaló el regidor en un comunicado.

Según el alcalde, tampoco se habían terminado "las labores de vaciado y limpieza de los depósitos, ni los técnicos del Instituto Aragonés del Agua había acabado de ajustar la potabilizadora".

A su juicio, era todavía demasiado pronto para aplicar la autorización de Salud Pública, por lo que mantuvo la prohibición hasta terminar las operaciones de limpieza y ajuste y esperar un nuevo análisis negativo "que se ha obtenido esta semana".

El alcalde considera esta situación como un paréntesis en la resolución del problema hasta la traída de agua de una fuente segura distinta al río Gállego, opción necesaria más todavía si cabe si se van a producir intervenciones en los vertederos de Bailín y Sardas, así como en la planta de Inquinosa, según apunta Casaucau en la nota difundida ayer.

En Santa Eulalia y otros pueblos ribereños del Gállego existe un fundado miedo a consumir agua del río, dado que los niveles de lindano se pueden disparar en función de las condiciones meteorológicas.

Además, este riesgo se ve aumentado con las operaciones que se están llevando a cabo en el vertedero de Bailín, que se prolongarán con las que se acometan en Sardas y en las propias instalaciones de Inquinosa, tres puntos contaminantes ubicados en Sabiñánigo.