Dar de comer a los gatos y a las palomas está prohibido en Zaragoza, pero muchos son los que en un acto servicial hacía los animales los alimentan con frecuencia sin tener en cuenta que, además de llamar la atención de los felinos, también atraen a las ratas lo que provoca que se creen focos de suciedad que pueden ocasionar problemas de salubridad. Es lo que está sucediendo en la ribera del Huerva, en el Canal, en los alrededores de la plaza del Pilar o del Portillo, así que el ayuntamiento ha iniciado un plan de choque para reducir estas poblaciones que se concentran en puntos que se diferencian por su suciedad y que pueden ocasionar problemas de higiene.

Lo primero que hay que hacer para evitar que sigan creciendo en número es dejar de alimentarlos. Y por eso la primera iniciativa de Servicios Públicos, de la mano del Instituto de Salud Pública, pasa por la concienciación y, sobre todo, por informar a los ciudadanos que está prohibido alimentar a cualquier tipo de animal en la vía pública.

PUNTOS CLAVE / Para ello se han instalado 27 placas informativas en 15 puntos distintos -en algunos casos, como las plazas grandes, hay dos- que están dirigidas principalmente a las palomas, como adelantó EL PERIÓDICO. También hay otras en las que estas aves están acompañadas de roedores, patos y gatos.

Salud Pública ha localizado superpoblaciones de palomas -generadas por el exceso de alimentación- en la avenida Cataluña, las plazas San Gregorio, Santo Domingo, Portillo, Utrillas, Mayor, Los Sitios, San Pedro Nolasco o la del Pilar. Los roedores se han disparado en el entorno de las calles Marina Española, Genoveva o las riberas, «abandonadas históricamente», según la concejala de Servicios Públicos, Natalia Chueca, que aseguró que «la ciudad tiene un problema de descontrol de población» y que «hay que poner una solución drástica» para reducir el censo.

En paralelo, el consistorio tendrá que intensificar las labores de limpieza, pues las ratas acuden a la suciedad -como sucede también con las cucarachas, más propias del verano-. Precisamente, la falta de limpieza de las calles lidera el ránking municipal de quejas y sugerencias y de las 31.308 registradas el año pasado, 5.795 estaban referidas a la suciedad.

La empresa encargada del mantenimiento del viario público, FCC, tiene 14 equipos con agua a presión que en sus rutas incluyen aquellas zonas en las habitualmente hay restos de excrementos de palomas. Se trata de plazas y paseos con arbolado, como Sagasta, Constitución o la plaza de Los Sitios, pero también actúan en varios rincones de Ciudad Jardín, en las Delicias, Las Fuentes o el Arrabal. Según indicaron, cada «cuatro días» envían a un equipo a estos puntos aunque, matizaron, es un problema de difícil solución porque se vuelve a ensuciar al momento.

CENSO / Para reducir estas poblaciones el Instituto de Salud Pública ha colocado tubos con raticida en las madrigueras de las ratas, además de otras trampas para ver si «pican». Chueca explicó que se está dando la paradoja de que las ratas están «tan bien alimentadas» por los vecinos que luego no acuden a los cebos que ayudarían a controlar las plagas. Así que se ha optado por introducir el veneno directamente en 60 de sus madrigueras, una fórmula que evitará que el resto de animales puedan infectarse. También se han colocado siete cajas con este producto en las calles Marina Española, Manuel Lasala, Genoveva Torres o San Fernando. Chueca explicó que los primeros en acudir a los banquetes son las ratas, después los patos y palomas y en último lugar los gatos, que se quedan con los restos.

El consistorio no tiene un censo sobre el número de roedores, pero sí del de palomas que revolotean por la ciudad. Hay alrededor de 12.000, el doble del estimado que podría «soportar». «El número ideal está en función de la capacidad de molestia. Se va a intentar que haya una ratio de una paloma por metro cuadrado», es decir, entre 6.000 y 7.000, explicó el veterinario del Instituto de Salud Pública, Emilio Martínez.

El anterior Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) prohibió la captura de estas aves, que generan una gran suciedad con sus excrementos, pero el actual equipo de PP y Cs la recuperó. Martínez negó que se esté gaseando a las aves y explicó que lo que hacen son capturas controladas a través de una empresa y mediante un sistema autorizado por el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) que las retira y las traslada a cotos.

Informó que se ha descartado la opción de colocar piensos esterilizantes porque, además de que pueden consumirlo otras aves, no está recomendado por Seo BirdLife (Sociedad Española de Ornitología). Esta comida es un medicamento que debe de estar recetado por un veterinario y que exige un control y seguimiento y que se utiliza como biocida.

La ordenanza municipal prohibe que se dé de comer los animales

La Ordenanza Municipal sobre la Protección, la Tenencia responsable y la Venta de Animales, en su artículo 37, indica que está prohibido alimentar a los animales ajenos en la vía pública. En el caso de las colonias felinas, se especifica que «se exceptúan los alimentadores y cuidadores de control de colonias, debidamente acreditados por el Ayuntamiento, en los términos previstos en el artículo 23 bis; y los parques y espacios verdes, igualmente supeditados a la ausencia de molestias a terceros o de suciedad y deterioro del espacio y mobiliario urbanos, en cuyo caso se prohibirá».