Los afectados por el recrecimiento de Yesa, representados por las asociaciones Río Aragón y Yesa+No, alertaron ayer otra vez sobre la supuesta «falta de seguridad geológica» de la obra hidráulica. Representantes de ambas entidades acudieron a las Cortes de Aragón para denunciar la situación que viven los vecinos de la zona y reclamar «comprensión a los políticos» para que se paralicen los trabajos.

El presidente de la primera de las entidades, Miguel Ángel Solana, afirmó además de «una obra injusta con los pueblos que pierden la totalidad de sus tierras productivas». Por este motivo llamó a asumir «nuevas políticas de agua», al considerar que el recrecimiento «no es una obra inteligente para Aragón porque no puede bajar más agua durante el verano y solo servirá para satisfacer apetencias trasvasistas».

El geólogo Antonio Aretxabala, autor de cinco informes encargados por la Universidad de Navarra sobre esta obra, aportó la visión más técnica de la comparecencia. Recordó que la Confederación Hidrográfica del Ebro «aseguró en el 2007 que la ladera tenía un factor de seguridad de 1,4 o 1,7 y que en el 2013 se movió 35 centímetros. Y que en el 2010 se reafirmó que era estable, aunque siempre fue una promesa».

Las formaciones favorables al recrecimiento, como el Partido Popular, alegaron que los embalses «son más necesarios que nunca para afrontar el cambio climático».