La llegada de varias familias de etnia gitana a una serie de viviendas abandonadas en las calles Isla de Mallorca y Santa Fe han dado lugar en los dos últimos años a problemas de convivencia entre los tradicionales vecinos del barrio de La Jota y los nuevos residentes. La asociación de vecinos del barrio había denunciado ante la Policía y la Junta de Distrito del Rabal atracos, actos de intimidación a los viandantes y tensiones por las condiciones de insalubridad en las que mantienen las viviendas y las calles.