Como mucho, una peluca por la calle. Así se vivirá este año el carnaval en una localidad como Épila. Desde el consistorio se ha pedido evitar las celebraciones en la calle y se dan por suspendidos los festejos en la calle. Aunque eso sí, van a tratar de mantener viva la tradición con un programa diseñado para las redes sociales. Una forma simbólica de mantener en pie unos actos con gran arraigo popular por la que también optan en Bielsa o Luca de Jiloca.

Los festejos carnavaleros en Aragón tendrían que haber comenzado esta semana, pero las restricciones provocadas por el coronavirus hace que localidades como Fraga, Torla, Tarazona o Ejea hayan tenido que renunciar a los festejos. «Aunque son muy tradicionales este año tendrán que ser virtuales», destacó la concejal de Épila, Sara Cortés. Por este modo, a través de la página de Facebook de la comisión de fiestas van a impulsar concursos de disfraces, el próximo sábado, en los que pedirán que se suban fotos con las tradicionales máscaras para decidir quién es el más votado.

También se hará un concurso de balcones decorados, actividades infantiles y se pedirá a los vecinos que se graven interpretando las llamadas «murgas», de forma que el resto de los vecinos puedan descubrir las pícaras rimas en las que, siempre con humor, se lanzas irónicos dardos. Además, la concejal destaca que se recopilarán fotos de carnavales pasados. Y gracias a la televisión local se emitirán entrevistas con participantes e impulsores pasados de la fiesta.

En el pueblo de Luca de Jiloca el fin de semana de carnaval será como otro de tantos. Desde la comisión organizadora de los zarragones invitarán a los pocos vecinos que queden en la localidad a colgar sus trajes en las ventanas. Poco más. «Tenemos que ser responsables», destaca el miembro de la asociación, Serafín Navarro.

Este carnaval, que mantiene las esencias del pasado, se recuperó hace 17 años y en las últimas ediciones ha logrado una gran relevancia, tanto mediática como social, hasta el punto de que hasta 400 personas acudían a una localidad en la que solo viven una treintena. «Pediremos por las redes sociales que los vecinos compartan las fotos, pero todos somos conscientes de que no se puede hacer nada más, no es algo que nos pille de sorpresa», destacó.

El Ayuntamiento de Bielsa decidió ayer con «mucha pena» la suspensión total de sus fiestas, que deberían comenzar el próximo viernes. Sin embargo, el alcalde, Miguel Noguero, reconoció que no es algo que les haya pillado por sorpresa. Si el año pasado por unos pocos días se pudo salvar el carnaval y quemar con normalidad a Cornelio Zorrilla, esta vez es necesario apelar a la responsabilidad. Y eso que supondrá «un agujero gordo» para la economía de la zona, pues su tirón turístico es enorme.