El Pleno de las Cortes ha recuperado una imagen similar a la normalidad, con la mayoría de los escaños ocupados. Lo han hecho, eso sí, bien provistos de mascarillas y con mamparas de plástico de seguridad, amén de un control previo de temperatura para mayor seguridad.

Así se acordó la semana pasada en junta de portavoces, y aunque el presidente del Parlamento autonómico, Javier Sada, mostró alguna duda de que las separaciones de plástico estuvieran a tiempo, esta mañana estaban ya todas instaladas. Incluso en algunas de las tribunas para la prensa, cuyo aforo también ha sido reducido. Pero esta medida ha de ser complementada con las mascarillas, de las que había un amplio muestrario en el hemiciclo, desde las sanitarias desechables a las de tela, con un surtido de colores y logotipos del partido o el pueblo de cada cual.

La mascarilla, eso sí, ha dejado de ser necesaria en la tribuna de oradores, como también se pactó en la junta, dado que la distancia lo permite. Esto ha dado más trabajo a los servicios de limpieza, que se afanaban en desinfectar la superficie del atril después de cada intervención. Trabajo que agradeció expresamente el presidente Sada a la limpiadora en la sesión.

TEMPERATURA

Antes de comenzar esta, todos los diputados (o la mayoría, que algún despistado siempre hay) se sometieron al control de temperatura. Para no generar aglomeraciones, este se practicó a la entrada de la cafetería, y el personal avisaba a los representantes públicos, a la entrada al Parlamento, de la ubicación.

Tampoco fue un gran contratiempo, ya que es punto habitual de reunión matutina, aunque las limitaciones de aforo, con mesas prohibidas, lo hagan algo más complicado. Estas también llegan a los turnos para comer, pero los diputados se buscaron la vida.

Pese a que hubo algún rifirrafe en la junta a cuenta del formato de vuelta de los plenos, ayer todos los diputados y empleados mostraron un impecable respeto al protocolo. Incluido el lavado de manos con hidrogel a la entrada a la cámara, las colas para entrar al hemiciclo en los descansos, sin aglomeraciones, y la entrada por una puerta y la salida por otra, aunque la falta de costumbre hiciese a alguno dar alguna vuelta de más. Al menos en cuanto a prevención, los diputados dan ejemplo.