La vendimia ha comenzado esta semana en la mayoría de las bodegas de la Denominación de Origen (DO) Cariñena. Y lo ha hecho con muy buenas expectativas. Sus más de 1.500 viticultores prevén recoger 93,5 millones de kilos de uva, un 15% más que la media de los últimos diez años y casi un 30% más que en el 2017, cuando se alcanzaron los 73,2 millones de kilos. Las condiciones climáticas de los últimos meses han favorecido una óptima maduración de la uva, por lo que se espera una «muy buena calidad». Así, la mayor denominación de origen aragonesa tiene motivos de sobra para celebrar por todo lo alto este fin de semana su 52 Fiesta de la Vendimia.

«La recogida se ha retrasado este año dos semanas porque ya empezó a brotar tarde, pero las previsiones son muy buenas», destacaron ayer fuentes de la DO. La cifra de esta campaña está lejos del récord del 2015, cuando se recogieron 109 millones de kilos, pero es mucho mejor que la de otros años. De hecho, en muchos ejercicios de la última década ni siquiera se han alcanzado los 80 millones de kilos.

Las buenas previsiones son la tónica general en las cuatro denominaciones aragonesas (Cariñena, Campo de Borja, Calatayud y Somontano), ya que solo esta última estima una cosecha inferior a la del año pasado. Entre todas se prevén recoger unos 156 millones de kilos, frente a los 135 del 2017. Como ha sucedido en Cariñena, la vendimia también se ha retrasado en el resto de demarcaciones debido a la climatología.

SE MANTIENEN LAS VENTAS

La Fiesta de la Vendimia de este fin de semana también servirá para celebrar los buenos datos de comercialización que viene registrando la DO en los últimos años. En el 2017, Cariñena comercializó 52 millones de botellas, una cifra que prevé mantener en este ejercicio. «Como la cosecha del año pasado fue un poco baja en cuanto a producción tenemos ciertas limitaciones», apuntaron las citadas fuentes, que recordaron que el 68% de las ventas proceden del exterior, con Alemania, Reino Unido y EEUU a la cabeza.