Después de que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, admitiera la posibilidad de que hubiese errores de coordinación en el dispositivo policial del 22-M, el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, atribuyó los incidentes a la llegada a Madrid de "1.500 radicales de diversas comunidades autónomas, como Galicia, Aragón, País Vasco, Cataluña y Andalucía, además de los de Madrid y algunos extranjeros". En declaraciones a Onda Cero, el director general de la Policía alertó de que el cuerpo seguirá luchando contra los violentos con la "máxima fiereza", y contará en breve con más apoyo para las Unidades de Intervención Policial. Aseguró que las instrucciones a los agentes fueron "las mismas de siempre" y prometió mejoras en los medios de protección de los agentes, incluidos los endebles escudos. Animó a condenar "sin ambigüedades" la violencia.