La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, afirmó ayer que no se sabe todavía si la pierna inhumada en un cementerio turco en el 2003 es de una víctima española del accidente aéreo del Yak-42, por lo que ha pedido ayuda a la Audiencia Nacional para cooperar con Turquía.

Durante su comparecencia en la comisión de investigación que analiza en el Congreso la presunta financiación irregular del PP, Cospedal se refirió al caso a instancias del diputado de ERC Gabriel Rufián, y destacó que la información facilitada por Turquía es «muy confusa».

Según explicó, se comprometió con las familias de las víctimas a hacer todo lo necesario en el caso y en enero su departamento hizo gestiones ante el Gobierno turco «por si quedaba algún resto orgánico», ya que un familiar creía que podía haber restos de su hijo. Las autoridades de dicho país les informaron de que habían encontrado una extremidad, una pierna, y que no se sabía a quién pertenecía ya que la habían enterrado antes de la identificación de los cadáveres «por su cuenta y riesgo», según la ministra.

Tras recibir esa noticia, le pidió al agregado de Defensa de la Embajada española en Turquía que fuese a la población concreta en cuyo cementerio se halló el resto para ver si era posible extraer algún tipo de muestra orgánica que permitiera determinar si pertenecía a algunos de los militares españoles que iban en el Yak.

De nuevo, según la ministra, las explicaciones fueron «muy confusas» ya que, al parecer, había habido dos municipios distintos y se habían unidos sus cementerios.

Ante esta situación, Defensa solicitó auxilio judicial a la Audiencia Nacional para que contacte con las autoridades judiciales turcas, se pueda encontrar el resto y averiguar si pertenece a una víctima, algo que, insistió, aún no se sabe.

Cospedal afirmó que han llamado a todos los familiares para garantizarles que les mantendrán informados, aunque uno «no quiere saber nada» del asunto.