Cada medio de transporte tiene su pros y sus contras y el coste económico suele despejar las dudas. En Zaragoza se lleva toda la legislatura debatiendo si se impulsa la línea 2 del tranvía o si se opta por dejar esta faraónica obra en el cajón a cambio de seguir potenciando el autobús. Según el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), el coste por pasajero en el autobús dobla al del tranvía (un 0,064 euros por plaza y kilómetro recorrido frente a 0,030 euros, respectivamente). También resultaría más caro el tranbús, un medio que el PP ha llegado a proponer como alternativa al tranvía (0,5 euros) en alguna ocasión.

Hay que tener en cuenta que la obra civil que requieren difiere bastante. En el caso del Urbos 3, el coste de inversión en infraestructuras y material rodante es muy elevado, pero los costes de explotación son más bajos que en el bus y tienen una mayor capacidad -principal ventaja-, por lo que compensa el gasto.

Según el informe, los costes por kilómetro en el tranvía, y en casos en los que no hay que hacer grandes obras de infraestructuras, requieren de una inversión media entre los 13 y los 15 millones. En el caso del bus se reduce considerablemente ya que se presupone que existen las cocheras y que los gastos de las marquesinas se cubren con publicidad. En este caso, el mayor gasto se puede generar en la construcción de carriles independientes. En cuanto a los buses eléctricos, la inversión inicial también es elevada. El coste por cada punto de carga puede rondar los 300.000 euros. A este total habría que añadir la obra que permitiría unir la red general hasta el punto de carga. Según el informe, el coste de inversión podría alcanzar los 10 millones por kilómetro para una línea de 20 kilómetros.