La Dirección General de Salud Pública ha hecho del brote de rubeola surgido en el matadero de Zuera una oportunidad. Hasta allí, tras los 14 casos confirmados hasta el momento, se han desplazado todos los recursos necesarios para vacunar, en la misma instalación, a todos los trabajadores no inmunes, que son muchos. De hecho, ya se ha tratado a casi 900, según los últimos datos, pero se espera superar con creces la cifra de los 1.000 vacunados. Prácticamente casi todos son población inmigrante.

«Se ha dado una ocasión magnífica para poder actuar con un grupo de personas que pueden ser susceptibles de contraer la enfermedad. Detectamos un número importante de posibles afectados y hablamos con la empresa», explica a este diario el director genera de Salud Pública, Francisco Javier Falo.

Aunque reconoce que la organización «no fue fácil» al tratarse de una instalación tan grande y con tantos empleados, la circunstancia se resolvió lo más rápido posible. «Hay varios turnos de trabajo y se tuvo que ir avisando a los empleados para facilitar la accesibilidad. Hemos detectado buena voluntad, pero también hemos encontrado perfiles que, por una cuestión cultural y social, no entendían que se tenían que vacunar», dice. «Estamos contentos con los resultados y teníamos claro que teníamos que actuar así», incide.

La rubeola, de la que no se tenía constancia de casos en el país desde hace años, ha vuelto a ser introducida por los desplazamientos de inmigrantes. En el caso del matadero de Zuera, muchos trabajadores proceden del África subsahariana y del este de Europa. Se trata de ciudadanos que, en sus países de origen, no disponen de un calendario de vacunación infantil que obliga a recibir la dosis. En España, sin embargo, la triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis) se administra a los 12 meses y a los 3 años.

CALENDARIO DE ADULTOS

«Es cierto que la cifra de mil vacunados por rubeola en Aragón en pocas semanas puede sorprender, pero no hay que generar alarma. Esto seguirá pasando, porque todos viajamos, y también lo hacen los virus», apunta Falo.

«Y no estamos preocupados por este brote, pero está claro que pone en evidencia la necesidad de ese calendario de vacunación en adultos que acabamos de estrenar. Hay que insistir a la población en que hay grupos susceptibles de contraer enfermedades y sería importante que se vacunaran», insiste.

La actuación en el matadero de Zuera continuará la próxima semana. «Trasladarnos allí era la única manera de poder abordar la situación a lo grande y cortar cuanto antes la situación», cuenta Falo.

La sensación, según el director general, es que el brote está «prácticamente» acotado. «Hay un periodo establecido para considerar cuando está acabado y prácticamente ya está. No se han dado más casos, pero hay que ser prudentes, aunque ya hay cierta idea de control del brote», señala, al tiempo de apunta que pueden darse casos «subclínicos», casi sin síntomas, que pueden pasar inadvertidos. Respecto a este tipo de infecciones, sean de rubeola o de sarampión, Falo reitera que «nunca los podremos reducir a cero», dice. «Siempre va a pasar, pero lo que no hay es transmisión endémica porque no estamos en una situación así en España», dice.