Las limitaciones establecidas por la reciente reforma del Gobierno para perseguir los crímenes más allá de las fronteras siguen consechando las críticas de diversos expertos. La más beligerante, la expresada por David Couso, hermano de José Couso, cámara asesinado en Bagdad tras un ataque estadounidense al hotel de la prensa.

Tras 11 años de lucha por que se juzgue a los responsables, David Couso aseguró durante un debate sobre justicia universal celebrado ayer en la facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza que a su hermano "no lo han asesinado una vez, sino año tras año" quienes han "torpedeado" el proceso judicial, una tarea a la que han contribuido tanto el PSOE, "por sus reuniones en la embajada estadounidense reveladas por los cables de Wikileaks", como el PP por su "contrarreforma ideológica". El abogado Carlos Slepoy, que defiende a las víctimas del franquismo en el caso abierto en Argentina, apostó por la existencia de la justicia universal: "Si los crímenes más graves fueran perseguidos donde se cometen, no sería necesaria la actuación de otros países, pero no sucede porque los autores son los mismos Estados".

Maite Parejo, abogada de la Asociación Pro Derechos Humanos, criticó la reforma española por tener una redacción "pésima. Mezcla delitos y crímenes y desnaturaliza la justicia universal". Una opinión compartida por la profesora de Derecho Internacional Público Yolanda Gamarra, quien defendió que "España siga siendo una referencia en la protección de derechos humanos".