El estudio informativo de la autovía Jaca-Somport está generando numerosas quejas entre los vecinos del valle de Canfranc, creando una oposición casi total hacia un proyecto que se considera"absolutamente innecesario". El fuerte impacto ambiental y visual, además de las afecciones que tendrá la autovía en el patrimonio cultural, arquitectónico y natural del corredor jacetano, están siendo las principales razones que ayuntamientos y organizaciones ecologistas está alegando para evitar el desdoblamiento de la actual N-330, un proyecto que muchos han calificado ya como "la autovía hacia la nada".

El documento se remitió a los ayuntamientos afectados y organizaciones ecologistas el pasado mes de enero y supone la conclusión del proyecto de autovía Somport-Sagunto. Según se observa en el estudio, la doble vía partiría de Jaca por la ladera de Rapitán, evitaría el paso por Castiello con una circunvalación, y una vez superado el cruce hacia Borau y Aísa, un ramal se proyectaría sobre la actual N-330 y el otro se elevaría por encima de la urbanización Santiago de Villanúa.

DE CUATRO A DOS CARRILES A partir de este municipio, el valle atraviesa una de las zonas más abruptas hasta Canfranc pueblo, que lo superaría por el oeste, y enlazaría con el túnel de Somport, que sólo tiene dos carriles, saliendo al valle francés de Aspe. La idea que defienden la mayoría de los afectados es mejorar la actual N-330, evitando el paso por Castiello y Villanúa con circunvalaciones.

En el Ayuntamiento de Jaca todos los partidos, incluido el PP, mostraron su rechazo en una comisión de Medio Ambiente, al entender que "los beneficios que generaría dicho eje son muy inferiores a los costes que el valle ha de pagar". La decisión debe ser ratificada en comisión de Gobierno o en pleno.

Los puntos más negativos del proyecto, según destaca el concejal de Medio Ambiente de Jaca, Pedro González, son "el cuello de botella que se generará a partir de Canfranc pueblo, debido al Somport y a la carretera RN-134, el impacto ambiental en zonas protegidas y los perjuicios al Camino de Santiago".

Esta última afección es precisamente la que ha propiciado que el Departamento de Patrimonio del Gobierno de Aragón remita al Ministerio de Medio Ambiente el trazado histórico del camino jacobeo para que eviten su ocupación.

Los consistorios de Villanúa y Canfranc han presentado alegaciones explicando los problemas que generará la autovía. "La urbanización Santiago se quedaría aislada entre los dos ramales", explica Luis Sieso, alcalde de Villanúa. "En la zona norte, en el barrio de La Espata --agrega--, se ha proyectado la autovía por encima de las cuevas de Esjamundo, y tampoco están definidos los puntos de conexión con la N-330". Por si fuera poco, la autovía "tendrá un impacto negativo en el entorno y los núcleos de población".

El canfranqués Fernando Sánchez apunta, por su parte, que "una vez superado Canfranc pueblo, se creará un cuello de botella que hace la autovía innecesaria". Sánchez teme que la nueva vía perjudique el desarrollo de los terrenos urbanizables y sobre los que se ha proyectado algún aparcamiento. "Si finalmente se lleva a cabo --subraya Sánchez--, queremos que nos expliquen qué va a pasar con el nudo de Canfranc estación, porque en horas punta y en temporada invernal será un caos".