La mayoría de los vecinos del número 6 de la calle Blasón Aragonés de Zaragoza están cada vez más "hartos" e "indignados". Sus quejas vienen motivadas por el punto de encuentro familiar, situado en el primer piso del inmueble, y las "molestas" consecuencias que deben aguantar, sobre todo durante los fines de semana. Los residentes en el bloque reconocen que el servicio es "necesario" para facilitar el régimen de visitas entre padres e hijos tras una separación traumática, pero insisten en que "no es la mejor ubicación" para una asociación de este tipo y solicitan su cambio a un local a pie de calle o a un edificio destinado a organizaciones del mismo perfil, ya que, además, el espacio resulta insuficiente para atender a los afectados.

Los problemas que soportan los vecinos --entre los que hay desde niños muy pequeños hasta ancianos nonagenarios-- residen en la suciedad que se acumula en el portal y el patio, los desperfectos en las puertas por golpes de los carros de bebé o las largas esperas del ascensor, "que en fin de semana siempre está ocupado", a pesar de que el punto de encuentro está en el primer piso y se puede acceder subiendo apenas 15 peldaños. Pero hay situaciones más graves. "Aunque no todas son así, las personas que suelen venir proceden de familias desestructuradas y estratos sociales muy bajos. No tenemos por qué ver peleas familiares, gritos, llantos, amenazas e incluso agresiones. Muchas veces hasta vienen parejas de policías custodiando a mujeres amenazadas o con órdenes de alejamiento", cuenta una residente del bloque que prefiere no dar su nombre por miedo.

ABREN SIN PREGUNTAR Otra vecina relató a este periódico cómo, el pasado sábado, presenció la detención de dos drogadictos en el patio. "La gente llama al portero automático y las trabajadoras del punto de encuentro abren sin preocuparse de quién es", critica la vecina, que tuvo una conversación muy tensa con los policías secretas que esperaban la llegada de refuerzos con los toxicómanos. "Tenemos miedo a que pueda entrar cualquiera a robarnos", admite asustada.