Varios médicos aragoneses han colocado en la puerta de sus consultas una nota en la que trasladan a sus pacientes la renuncia a percibir el incentivo económico dispuesto por el Salud para los profesionales que ahorren en la dispensación de recetas. Según fuentes consultadas por este diario, alrededor de una veintena de centros de salud de la comunidad autónoma --entre ellos, algunos de Delicias, San José o de Huesca-- incluirían ya carteles de este tipo en el que se apela al criterio "estrictamente profesional" y "de acuerdo con la buena praxis" para la prescripción de fármacos.

Sin embargo, no todas estas renuncias se materializan oficialmente o, al menos, así se advierte desde fuentes sanitarias, que recuerdan que los médicos deben firmar, individualmente y centro a centro, su rechazo a este incentivo, que puede alcanzar un máximo de 12.000 euros. Estas mismas fuentes insisten en que la cantidad de objetores a esta medida ha crecido en los últimos meses conforme se han comenzado a firmar los primeros contratos de gestión de los centros de salud que incorporan las pautas de prescripción de ese pacto de farmacia que incluye la incentivación.

Ese pacto, establecido, según la Administración por María Ángeles Alcutén, la exgerente del Salud destituida por el consejero Oliván hace unos meses, incrementa la dotación económica que se otorga a un profesional cuyo esfuerzo "revierta en un ahorro para el sistema sin disminuir la calidad en la prestación farmacéutica que reciben los pacientes".

La cantidad otorgada al profesional varía en función de tres parámetros: el gasto por receta, el desembolso por persona y la calidad de la prescripción (no recetar medicamentos de baja utilidad o no indicados para determinadas patologías)

Hasta ahora, se incentivaba a los médicos con dos días libres por cuatrimestre o hasta 400 euros, pero el Salud decidió incrementar esta dotación hasta los 12.000 euros apelando, asimismo, a una compensación por la pérdida de retribuciones asignadas a los sanitarios, como la productividad variable.

Pero los sindicatos médicos rechazan la medida, ya que "puede interpretarse como una pérdida de calidad de los servicios y los pacientes pueden entenderlo como un ahorro para no recetar", explican desde Fasamet, colectivo de médicos de Atención Primaria

En este sentido, Leandro Catalán, presidente de Fasamet, apuntó que "ha llegado el momento de recuperar todos esos recortes pero no en forma de incentivos dudosos ligados al gasto farmacéutico porque los médicos recetarán lo que consideren más adecuado".