La crecida del Ebro, de carácter ordinario, no ha ocasionado grandes daños, si bien ha inundado tierras de labor y ha obligado a desalojar granjas en su tramo aragonés. Con todo, las autoridades y el 112 acordaron este domingo desalojar, con carácter preventivo, una residencia de ancianos de Monzalbarba y tres urbanizaciones situadas entre Movera y Pastriz, todo ello en el entorno de la capital aragonesa.

A punto de llegar la cresta de la última crecida del Ebro a la capital aragonesa y con un volumen en la actualidad de 1.503 metros cúbicos por segundo y 4,30 metros de altura, la avenida transcurre por el momento sin incidencias, salvo las mencionadas.

Fuentes de la DGA explican que las urbanizaciones evacuadas apenas están habitadas en esta época del año debido a que son segundas residencias. Corren riesgo de inundarse o de sufrir filtraciones. Se trata de lugares como Torre Urzaiz, El Casetón y Doña Sancha.

La súbita crecida del Ebro como consecuencia de las fuertes lluvias caídas en el norte de Navarra ha obligado a desalojar, con carácter preventivo, una residencia pública de ancianos del barrio zaragozano de Monzalbarba. Se trata de un centro en el que más del 80% de los residentes, de un total de 85, tienen problemas de movilidad, por lo que han sido distribuidos por otras residencias de la capital aragonesa.

Desde el Ayuntamiento de Zaragoza han informado de que los bomberos ha realizado inspecciones durante la noche en distintos puntos de la ribera, sobre todo en el entorno de los barrios rurales de Monzalbarba y Alfocea.

Tampoco ha sido necesario cerrar el acceso viario a Alfocea, que, de momento, sigue abierto sin problema. Además se ha reforzado con tierra, por precaución, sobre todo por las posibles filtraciones de agua, un punto cercano al barrio rural de Movera, junto al Cuarto Cinturón.

Sin graves daños

Asimismo, se han cortado de forma preventiva dos carreteras, la que cruza el Ebro en Gallur por el antiguo puente de hierro y la que va de Boquiñeni a la margen izquierda, que habitualmente se inunda cuando hay una subida acusada del nivel del agua.

En cualquier caso, el Gobierno de Aragón ha decidido mantener el nivel de alerta 1, establecido el sábado, dado que el caudal ha descendido de forma considerable en el tramo navarro del Ebro, en particular en Castejón, donde ha pasado en pocas horas de 2.300 a 1.204 metros cúbicos por segundo.

La punta de la riada llegó a Novillas, primer pueblo en el curso aragonés del Ebro, sobre las ocho y media de la mañana de ayer y se esperaba que lo hiciera a Zaragoza la madrugada de este lunes. «El casco urbano no se ha inundado, ha funcionado bien el terraplén que se construyó para proteger las casas», ha asegurado el alcalde, Abel Vera.

En Novillas el caudal máximo alcanzado ha sido de 2.000 metro cúbicos por segundo, menos de los esperados, de manera que las afecciones han sido más leves. Con todo, ha sido preciso evacuar las ovejas de una granja próxima al cauce.

«El río está comportándose correctamente», ha asegurado esta mañana Mayte Pérez, consejera de Presidencia del Gobierno de Aragón, que ha informado de que se ha buscado una alternativa de acceso al barrio de Alfocea en el caso de que la vía de entrada quede anegada.

Proteger las granjas

«La situación es menos alarmante de lo que se podía temer», ha afirmado la representante de la DGA. No obstante, se ha contactado con los propietarios de las granjas de animales para que se haga acopio de alimentos o se proceda al desalojo, como ha sucedido con una instalación pecuaria de Novillas.

El máximo de la crecida del río Ebro llegará a Zaragoza con un caudal de entre 1.500 y 1.700 metros cúbicos por segundo, es decir, unos valores de carácter ordinario, según Efe. A primeras horas de la madrugada de hoy, la avenida ha alcanzado Tudela con un caudal máximo registrado en la estación de aforos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) de 2.040 metros cúbicos por segundo.