La crecida que esta semana provocó el corrimiento de tierras en la mota de Pastriz alcanzó un nivel máximo de 1.300 metros cúbicos por segundo, lejos de los 1.900 de la extraordinaria del año pasado. Ayer por la tarde, el Ebro había bajado hasta los 550 metros cúbicos por segundo. Y las previsiones apuntan a que seguirá bajando a lo largo del fin de semana. Ante una crecida ordinaria como la del lunes, los daños han sido mayores que el año pasado porque, según los vecinos, el cauce lleva muchos años sin limpiarse. Las gravas se han ido acumulando en la margen derecha y la curva que describe el río se ha ido acentuando en el lado izquierdo debilitando, año tras año, la mota.