Brahim Nasri, Mihai Simion, Vasile Carp y Alexandra Corina fueron detenidos en el 2017 por el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón por el asesinato del cocinero Luis Bernal en su vivienda de la calle Cortesías de Zaragoza, en el 2009. Tras su paso por prisión y, a pesar de haber sido juzgados durante tres días por su presunta implicación en el conocido como crimen de La Magdalena, están a la espera de sentencia en la calle, ya que gozan de libertad provisional. Algo que no suele ser habitual en casos de delitos de sangre, especialmente cuando la acusación considera que hay suficientes pruebas como para condenarles a un máximo de 27 años de cárcel a los tres hombres y a tres años a la mujer en su papel de cómplice. Frente a esa posición está la de la defensa que asegura que solo hay sospechas y que nada se ha corroborado.

Ahí va a estar el debate que los tres magistrados que conforman la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza van a tener que realizar. ¿Hay suficientes pruebas para condenar? Para la fiscala Pilar Cavero y la abogada de la familia de la víctima, Soraya Laborda, no hay duda alguna. Insistieron durante la tercera y última sesión del juicio celebrada este jueves que la Policía "fue tirando de un hilo consiguiendo identificar a cada uno de los actores de este crimen". "Pudieron haberle quitado el dinero, las joyas y la marihuana que tenía, pero decidieron robarle la vida", lamentó Laborda.

Tanto la acusadora pública como la particular valoraron la investigación de Homicidios "que, gracias a las nuevas tecnologías, pudieron poner nombre a una huella que se encontró en la famosa bolsa de Galerías Primero en la que había unas tijeras y que fue empleada para agredir a la víctima". Con las pesquisas y el informe forense del IMLA en la mano, la fiscala señaló que Brahim Nasri estuvo presente en el escenario del crimen y que estuvo acompañado de Mihai Simion y Vasile Carp. Esto último apoyándose en la declaración que Alexandra Corina hizo ante la Policía cuando fue arrestada en el 2017 y que señaló que Carp se lo confesó. También destacaron que el propio Brahim Nasri espetó en el momento del arresto: "No me voy a comer este marrón, fueron dos rumanos y una puta". Todo ello comprobado con un estudio de la telefonía móvil que demuestra que entre ellos se conocen y que estuvieron en la zona de La Magdalena ese día, según la Policía Nacional. Como anécdota, uno de los abogados de la defensa resaltó que en ese listado sale hasta el teléfono de Pablo Echenique.

De ahí que la Fiscalía haya decidido modificar la pena inicial y solicitar 26 años de cárcel para Brahim Nasri, Mihai Simion y Vasile Carp como autores de un delito de asesinato (asfixia) y otro de robo con violencia en concurso medial con detención ilegal (amordazaron y ataron a la víctima a la cama) y haya reducido de 13 a 3 años la condena para Alexandra Corina por entender que no participó en la agresión, sino que ella dio información del fallecido por exigencia de su proxeneta. La abogada de la acusación elevó la pena a 27 años para los hombres y se adhirió al ministerio público en cuanto a la mujer.

No lo ven tan claro los abogados defensores, Olga Oseira, Carmen Sánchez Herrero, Juan Carlos Macarrón y Saúl Rubio, quienes insistieron en que deben ser todos absueltos. "La investigación consta de 2.000 folios, la Policía hizo 100 entrevistas en el 2009 y no sacó nada, luego en el 2017 salió una huella que dice que es de Brahim, pero nada más", señaló Macarrón, quien insistió en que "la Policía Científica no encontró ningún otro vestigio, ni huellas, ni pelos, ni piel en la escena del crimen que corrobore que estuvo allí, por lo que no es ilógica la afirmación de mi cliente de que esa bolsa se la dio al quinto sospechoso que está en paradero desconocido con comida de su madre".

Oseira y Sánchez, que defienden a los dos ciudadanos de origen rumano, incidieron en que sobre estos dos procesados solo hay indicios y que "la Policía no ha podido corroborar con pruebas nada".

Explicaron que se llega a ellos por la declaración de una coacusada que tiene "motivos espurios" contra ellos porque estaba siendo maltratada y obligada a ejercer la prostitución. "En el 2009 le tomaron declaración como testigo, ahí no puede mentir y no dijo nada, pero ya en el 2017, con derecho a mentir, arremetió contra Carp", afirmó Sánchez Herrero.

Oseira, por su parte, destacó que de los 2.000 folios de investigación solo en cuatro sale Mihai Simion y que es identificado a modo de datos "pero no se comprobó ni si vivía en ese bar de la avenida de Madrid que dijo Brahim Nasri y que fue lo que llevó a su arresto". Ambas recordaron que el Supremo "obliga" a buscar pruebas que confirmen la declaración de un coacusado y aquí solo hay una huella.