La pasada semana se cumplieron cinco años desde que Raimundo el quinqui Medrano, quien fuese enemigo público número 2 en España y compañero de fechorías de Eleuterio Sánchez, El Lute, muriese tiroteado por su mujer, Carmen V. J. en la vivienda que ambos compartían en el barrio de San Roque de Calatayud. Así lo confesó ella misma a la Policía Nacional, y pese a esta resolución de la investigación, un lustro después sigue sin haber fecha prevista para el juicio. Ni siquiera hay escritos de acusación en la causa, según confirmó el abogado de la investigada, Eduardo Estévez.

Los hechos ocurrieron el día de Reyes del 2015, cuando la mujer, según explicó a los investigadores, harta de los maltratos y vejaciones a los que la sometía su marido, cogió una pistola antigua que tenían en casa y le disparó. Luego ocultó el cadáver, envuelto en plásticos, en una leñera excavada en la roca junto a la casa bilbilitana.

La mujer fue a denunciar la desaparición de su marido a la comisaría de la Policía Nacional de la ciudad. Explicó que el hombre había salido de casa por la mañana y no había vuelto a saber nada de él.

Los primeros interrogatorios de la Policía a los vecinos les llevaron a poner en cuestión el relato de la mujer. Según coincidieron los interrogados, el hombre era casi ciego (fruto de un accidente que sufrió años atrás, mientras trabajaba en un taller en la prisión de Alicante) y tenía otros problemas de salud, como diabetes e hipertensión. Todo el vecindario, que no conocía la verdadera identidad de Medrano, les veía pasear siempre a ambos o a la mujer sola, nunca al hombre.

Ante esta información, los investigadores volvieron a interrogar a la mujer y, tras incurrir en algunas contradicciones, Carmen V. J. acabó por confesar que había asesinado a su marido, y les indicó dónde había ocultado el cuerpo, que fue encontrado.

En pocos días, la investigación policial quedó resuelta, a falta de algunos cabos que quedaban por atar. En primer lugar, si la mujer había contado con la ayuda de algún pariente para trasladar el cuerpo.

SIN CÓMPLICES

La pareja tenía varios hijos repartidos por la geografía nacional, aunque ninguno se fue a vivir con ellos a Calatayud, donde llevaban uno o dos años residiendo antes del crimen. La Policía investigó si alguno de ellos, u otro pariente, podría haber tenido algo que ver con el asesinato, pero esta vía de investigación quedó descartada.

También se analizó la pistola antigua, por si pudiese corresponder con alguna de las empleadas en los delitos que cometió Medrano. El más célebre fue el atraco a una farmacia madrileña, en compañía del Lute, en 1965. En el asalto murió un vigilante de un disparo, y en la persecución posterior una niña, por una bala perdida durante el tiroteo con la Policía. Por estos hechos ambos fueron condenados a muerte, aunque acabaron indultados.

En cualquier caso, el análisis del arma no desveló relación con este ni ningún otro delito sin esclarecer, por lo que estas pesquisas también se cerraron.

La vía quedó expedita para la celebración del juicio, pero este, tras varios cambios de jueces, no tiene visos de celebrarse. La mujer, cumplido con creces el plazo de prisión provisional, fue excarcelada hace tiempo.