La crisis sanitaria producida en el 2020 ha dejado a un total de 12.000 mujeres más en el paro frente a 3.900 hombres. Además, en el paro de larga duración la mujer es mayoritaria representando el 63% y provocando que la situación por el coronavirus haya llevado a las paradas a aceptar casi cualquier empleo y de la jornada que sea. La dureza de la crisis actual y de su repercusión en las mujeres puede visualizarse en un dato que puede parecer menor pero que explica la percepción de la propia situación. Si en 2007 el 37% de los parados y el 33% de las paradas estaban dispuestos a aceptar un empleo con cualquier tipo de jornada (completa o parcial), ese porcentaje subió en el 2019 nueve puntos en el caso de los hombres y cuatro en el de las mujeres. En solo un año, y como consecuencia de la crisis del covid-19, el porcentaje se ha mantenido estable para los hombres y ha aumentado en diez puntos en el caso de las mujeres.

Estos datos quedan representados en el informe ‘Mujeres en el mercado laboral en Aragón en el 2020’ presentado esta mañana por la vicesecretaria general de UGT, Cristina Antoñanzas, junto al secretario general de UGT Aragón, Daniel Alastuey y la responsable del Área de Juventud y Movimientos sociales y del Departamento de la Mujer de UGT Aragón, Medea Gracia.

Desde la crisis económica del 2008 las mujeres se han ido incorporando de una manera reforzada pero el 2020 “ha supuesto un frenazo” a dicha incorporación laboral, explicó Alastuey, que aseguró que “se han incorporado muchas mujeres a la actividad con el problema de no poder integrarse en la ocupación lo que ha provocado que crezca de manera exponencial el número de paradas. Desde la crisis económica Aragón tiene 9.400 ocupadas menos y 28.200 paradas más.

A pesar de que la inactividad ha caído casi en un tercio en los últimos 12 años, la principal causa son las labores del hogar, que provoca que ocho mujeres por cada hombre se dediquen a dichas labores y por lo tanto pertenezcan inactivas.

Por sectores, las mujeres se refugian más en lo público (61,92%), incluidas las ocupaciones técnicas y de dirección, a la inversa de lo que ocurre en el sector privado, en el que, a pesar de una mayor titulación, son los hombres los que ocupan puestos de más cualificación.

La temporalidad afecta más a las mujeres que a los hombres. Un total de 58.900 mujeres tienen un empleo temporal en Aragón, lo que supone una temporalidad femenina del 25.8%, frente al 21.2% de los hombres y un global del 23.4%.

Además, la temporalidad afecta más a las mujeres que a los hombres. Un total de 58.900 mujeres tienen un empleo temporal en Aragón, lo que supone una temporalidad femenina del 25,8%, frente al 21,2% de los hombres. La temporalidad ha crecido en el 2020, aunque desde la crisis del 2008 ha disminuido, y lo ha hecho más en el caso de las mujeres que en el de los hombres.

De todas las brechas estudiadas el resultado es que, según los estándares de estadística europeos, el 23.24% de las mujeres aragonesas, en el 2019, se encontraban en riesgo de pobreza, frente al 18.26% de los hombres, con un diferencial de género de casi cinco puntos frente al 1.7% de España y lo que significa que 52.647 mujeres, casi una cuarta parte de las aragonesas, están en riesgo de caer en la pobreza, o ya en ella.

Según el informe, es en el mundo de la educación donde se empiezan a producir las brechas entre hombres y mujeres. Alastuey aseguró que lo que se puede apreciar en las distintas etapas educativas es que “hay un sesgo clarísimo en los estudios que eligen las mujeres y los de los hombres. Sesgo que lleva a las mujeres a elegir estudios muy relacionados con los cuidados y la salud y actividades del sector servicios”. Por el contrario, los hombres tienen “casi el monopolio absoluto” en carreras técnicas y en estudios que tienen que ver con las nuevas tecnologías. “Nos parece muy grave que las mujeres se estén quedando fuera de la formación de lo que va a ser la economía del futuro”.