La Hermandad de la Sangre de Cristo presentó ayer el lavado de cara de dos de sus imágenes religiosas más importantes. La restauración del Santísimo Cristo de la Cama y de la Virgen Dolorosa ha sido posible gracias a una ayuda de 8.600 euros a cargo de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ). Los "delicados" materiales con los que está construida la figura del Cristo, han "complicado puntualmente" el trabajo a sus restauradores. Además, gracias a que la talla es hueca en su interior, se han podido introducir cámaras de vídeo y fotografía para analizarlo "a fondo".

El pasado 29 de agosto ambas figuras fueron retiradas del culto y llevadas a los talleres del restaurador Francho Almau. El Cristo es un "emblema" entre los seguidores de la Semana Santa de Zaragoza. La talla está datada en el año 1620 y acompaña a todas las cofradías de la ciudad durante la celebración del Santo Entierro. Es una imagen articulada y de poco peso que el 24 de diciembre de 1813 fue trasladada a la Real Capilla de Santa Isabel de Portugal.

Según Almau "ha sido una fase de restauración larga y delicada". Asegura que al ser el Cristo su mayoría de yeso, la posibilidad de que se formen grietas es "muy fácil". Se han cambiado las articulaciones de los brazos, ya que estaban "muy holgadas", y se han sustituido por unas de hierro dulce. El pelo que luce es natural y la cabeza, pies y manos son de madera. Los dedos del pie no se han restaurado, ya que es tradición besarlos, y arreglarlos hubiera significado una "pérdida de su historia, tradición y valor".

Para el Hermano Mayor de la Sangre de Cristo, Ernesto Millán, esta restauración es algo "emocionante" y supone "un paso adelante", ya que para ellos era "imposible asumir este coste".

Asimismo, se ha restaurado la imagen de la Virgen de los Dolores,también conocida como la "Soledad de Palao" y realizada en el año 1856. Una imagen íntegramente tallada y policromada que "refuerza la identidad" de la hermandad.