La caída, hace unos meses, de parte de una fachada en el Pueblo Viejo de Belchite ha puesto de manifiesto el precario estado de conservación de las ruinas heredadas de la guerra civil. Distintas entidades culturales, entre ellas Apudepa (Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés) y la asociación El Allondero, han denunciado el abandono que sufre la trama urbana en su conjunto y algunos edificios en particular, como es el caso del convento de San Rafael.

El alcalde de Belchite, Carmelo Pérez, asegura que esta semana empezarán una serie de trabajos de apuntalamiento en distintos puntos del Pueblo Viejo, en particular en el convento, donde hay partes de la estructura que se encuentran con un evidente riesgo de desplome. No solo se deteriora el edificio, sino que además hay un evidente peligro de desprendimientos para los visitantes.

«El Ayuntamiento de Belchite destinará en solitario 90.000 euros de su presupuesto para los trabajos de sujeción y apuntalamiento», señala el regidor, que criticó la falta de ayudas del Gobierno de Aragón y de la Diputación de Zaragoza durante los dos pasados años.

«Belchite tiene limitaciones presupuestarias», advierte Pérez, que dice que no comparte el punto de vista de Apudepa aunque, desde su punto de vista, «comete errores al no asegurarse de la exactitud de las denuncias».

El alcalde también asegura que el municipio realiza, dentro de sus posibilidades, continuos trabajos de limpieza y consolidación del Pueblo Viejo, que el año pasado fue visitado por más de 40.000 personas.

«Las ruinas siguen siendo un símbolo de la memoria histórica y de la paz», añadió Pérez, que afirmó que las calles y edificios apuntalados siguen conservando su atractivo como escenario cinematográfico.

Existe un plan director para la conservación del Pueblo Viejo de Belchite, que está declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Pero tanto Apudepa como El Allondero sostienen que la política aplicada para preservar las ruinas bélicas no es la más adecuada. En el caso del último desprendimiento, ocurrido en la casa de Carmen Castillón, mantienen que no se ha actuado debidamente, algo que niega el alcalde belchitano.