La convivencia obligatoria que supone para las familias la cuarentena por el coronavirus puede aumentar el riesgo de sufrir agresiones en el caso de las mujeres víctimas de la violencia machista, ya que se ven obligadas a compartir espacio con sus agresores. De ahí que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) haya considerado servicio esencial la labor que prestan los juzgados de violencia sobre la mujer y, por ende, se les ha conferido el tratamiento de juzgados de guardia. Sin embargo, la falta de medios y personal pueden poner en riesgo la correcta atención.

Así lo reconocen los trabajadores de los dos juzgados de violencia sobre la mujer existentes en Zaragoza. Lamentan, en primer lugar, la falta de personal. Actualmente está trabajando el 50%, siendo que el volumen de trabajo que van a desarrollar es exactamente igual al de una jornada normal en situación de no crisis. Es decir, no solo atender denuncias, sino servicios de órdenes de protección, incidencias urgentes de familia, detenidos y juicios rápidos propios de esta jurisdicción.

LARGA JORNADA

Esto conllevó el pasado martes, por ejemplo, que el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Zaragoza se viera en la obligación de alargar su jornada varias horas para poder atender todos los casos. «Tampoco es conveniente el aumento del tiempo de espera y de estancia en el juzgado de las víctimas, detenidos, testigos y abogados que se llegaron a agolpar en algún momento en los pasillos del juzgado», destacan.

A la falta de personal se une la falta de medios en un momento de crisis sanitaria. Los trabajadores aseguran que «no se han instalado mamparas de vinilo o plástico de forma similar al juzgado de guardia en los dos de violencia machista» y tampoco se ha dotado a dicho juzgado de material de protección (guantes, mascarillas ni geles de limpieza) para los profesionales que en el mismo desempeñan sus funciones. «Se da la circunstancia de que el Colegio de Abogados de Zaragoza ha puesto en conocimiento de los profesionales que en el juzgado se les va a proporcionar dicho material, lo que evidentemente es erróneo», apostillan.

Un problema de seguridad que estos juzgados sufren desde que se trasladaron a la Ciudad de la Justicia de Zaragoza es la sala de vistas que tienen para la celebración de juicios rápidos. No se guardan las distancias necesarias ni en estas circunstancias de alerta sanitaria. Es una habitación con una mesa que comparten jueza, fiscalas, secretarios judiciales, acusados, víctima, testigos y abogados. A ello se añade que el sistema de grabación es el justo, es decir, tres micrófonos que tienen que turnarse las partes.

Una curiosa situación que sorprende más aún cuando el juzgado de violencia número 2 cuenta con una sala de vistas similar a la existente en el juzgado de guardia, pero sin sistema de grabación instalada. Tras la queja, la sala de gobierno del TSJA decidió ayer habilitar un espacio que no se emplea en la Ciudad de la Justicia si bien la medida tampoco ha contentado porque no está en el mismo ala del edificio lo que implica un desplazamiento de todo el personal que ven inviable en los picos de trabajo.

ULTIMÁTUM AL CGPJ

Tres de las cuatro asociaciones judiciales -AJFV, JJpD y FJI- han enviado un comunicado conjunto a la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) advirtiendo de que cerrarán los órganos judiciales que permanecen abiertos en cumplimiento de servicios mínimos si en el plazo de 24 horas no se les ha dotado de «medios reales de protección individual y colectiva básicas» ante la pandemia de coronavirus de los que dicen que actualmente carecen. Afirman que las situaciones de riesgo de jueces en órganos «persisten y se agravan» a medida que se extiende la población infectada, «máxime en órganos especialmente expuestos». Además, aseguran que hay «incumplimientos flagrantes» en materia preventiva que afecta a la prestación del servicio de guardia en los Juzgados de Instrucción y Violencia sobre la Mujer, así como en los Registros Civiles.