El plan integral para los inmigrantes residentes en Aragón lanzado por el Gobierno de Aragón ha sido objeto de algunas críticas por instituciones y organizaciones no gubernamentales que censuran que el proyecto se base en criterios económicos y que se ponga en práctica con dos años de retraso. Sin embargo, las mismas entidades han puntualizado que la aparición del plan "es un motivo de alegría" por lo que supone de acercamiento a uno de los mayores problemas de la sociedad aragonesa.

El proyecto, que busca mejorar las condiciones de vida de los 70.000 extranjeros residentes en la comunidad autónoma mediante la aplicación de 170 medidas específicas, "se ha hecho con un criterio más económico que humanitario", según Alberto Ruiz, secretario general de Cáritas Aragón.

"Es significativo --opinó el representante de Cáritas-- que aunque el plan implique a varias consejerías, haya sido precisamente el consejero de Economía, Eduardo Bandrés, quien se haya encargado de su presentación a los medios".

"El plan --agregó-- es desde luego positivo, como lo demuestra el hecho, poco habitual, de que esté dotado con 3 millones de euros para el 2004, pero aun así da la impresión de que se hace más porque hace falta mano de obra cualificada que por razones humanitarias y sociales".

Carmen Gallego, concejal de Acción Social del Ayuntamiento de Zaragoza, consideró por su parte que "es positivo que un plan destinado a ayudar a los inmigrantes pueda ver finalmente la luz, aunque al llegar con dos años de retraso es posible que presente alguna carencia".

"Chunta Aragonesista --declaró Gallego-- ya realizó un borrador de un plan similar de ámbito municipal en el año 2002, y ha llegado la hora de ponerlo en marcha porque Zaragoza agrupa al 75% de los inmigrantes que viven en Aragón". "Pero para eso --continuó-- es necesaria la colaboración entre instituciones y también que se coordinen las medidas sociales y las culturales".