La consecuencias de la crisis no tienen límites. Desde su inicio el consumo de alcohol no ha dejado de crecer. Tanto en jóvenes como en mayores. De hecho, los primeros suelen mezclarlo con otro tipo de sustancias como el cannabis. En lo que va de año, en Cruz Roja han atendido a 267 personas, "solo" 37 menos que en el 2013 "y todavía faltan más de tres meses para terminar el año", puntualizó la subdirectora de Intervención Social y responsable de la Unidad de Atención y Seguimiento de Adicciones de la fundación, Susana Royo.

La entidad informó de que actualmente tienen lista de espera debido al incremento de casos que acuden por consumo de alcohol y drogas. Royo explicó que tienen mucho que ver el incremento del multas por posesión de estupefacientes. "Cuando son sancionados tienen la posibilidad o bien de pagar la multa, de 300 a 3.000 euros, o de hacer un curso de prevención". En lo que va de año han acudido han acudido 66 personas multadas. El año pasado fueron alrededor de 56. "Con la crisis prefieren hacer el tratamiento que pagar". Es más, la fundación recomienda a los padres que no abonen la cuantía porque acudir a las sesiones permite detectar si hay problemas de dependencia. Y suele haberlos. "Cuando llegan aquí se dan cuenta de que muchos tienen adicción".

Jesús Sánchez, de Proyecto Hombre, indicó que desde el 2010 el número de casos de alcoholismo se han incrementado hasta un 40%, principalmente en mujeres aunque, "nunca se equipararán a los hombres". "El alcohol está muy insertado culturalmente y no se ve como un riesgo". Un hecho que influye en que cada vez se beba siendo más joven. Según el Plan Nacional de Drogodependencia la edad de inicio está por debajo de los 14 años. Sánchez precisó que "la mayoría de estos jóvenes no desarrolla adicción, sino que son episodios"

DOBLE TRATAMIENTOCruz Roja atendió en el 2012 un 21% de alcohólicos, la cifra fue de un 26% en el 2013 y este año ya está en el 17%. Tanto Cruz Roja como Proyecto Hombre trabajan a través de las Unidades de Atención Sanitaria y de Seguimiento de Adicciones (UASA) que hacen el papel de un centro de especialidades. Ambos coinciden en que una persona que está enganchada a algo lo compagina con otra sustancia. "Se trata a una persona por consumir una sustancia y se suele detectar no es la única a la que no puede renunciar", explicó Royo. De ahí, añadió, que se trabajen las conductas adictivas.

Según los datos de Cruz Roja, en el 2013 el 86% de los pacientes consumía alcohol, un 50% opiáceos y un 13% cannabis. Como segunda opción, el 86% fumaba, un 40% consumía cannabis, un 39% tranquilizantes, un 31% cocaína y un 41% alcohol.

El año pasado Proyecto Hombre atendió a más de 3.000 personas con drogodependencia y las cifras de este año no variarán mucho más. Actualmente en los centros de las UASA hay entre 30 y 40 personas. Sánchez apuntó a que "la situación económica parece que se está estabilizando poco a poco lo que conlleva que ocurra lo mismo con los síntomas". No obstante, dijo, "lo peor no ha pasado todavía" y que "no se puede tender a normalizar la situación, sino a la prevención".