Los partidos comenzaron ayer a exhibir sus posturas iniciales de cara a las negociaciones para la constitución de gobiernos e instituciones en Aragón, intentando no cerrarse muchas puertas y hacer valer sus posiciones.

Así, el comité estatal de Ciudadanos, que tiene previsto decidir las alianzas poselectorales para toda España, se reunió ayer en Madrid en una primera toma de contacto que no cerró muchos frentes. La opción preferida de los liberales sería la de cerrar pactos con el PP, según destacó el secretario general de la formación, José Manuel Villegas. Pero dejan en el aire varias condiciones que podrían decantar la balanza hacia el PSOE, al menos en Aragón.

A los barones socialistas les exigen que renuncien a las políticas de Pedro Sánchez que ven más cercanas a las exigencias de los nacionalistas y los populistas (pues así llaman a los diputados de Podemos). Y también que apuesten por «aplicar el artículo 155 en Cataluña», sin más detalle. Estos planteamientos a priori podrían encajar con algunas de las manifestaciones de Javier Lambán de los últimos meses.

Sin embargo, como a la hora de tomar decisiones definitivas también es necesario tener en cuenta la compleja situación de instituciones como el Ayuntamiento de Zaragoza, los naranjas se han visto obligados a instaurar comités autonómicos que trabajarán de forma coordinada con la dirección nacional. En Aragón todavía no han decidido su composición y el secretario de organización, Ramiro Domínguez, se limitó a recordar que velará «por el interés general de los aragoneses».

La aspirante a la alcaldía de la capital, Sara Fernández, insistió en sus redes sociales en la necesidad de actuar con calma. «El acuerdo al que llegue Ciudadanos para el Ayuntamiento de Zaragoza no será un intercambio de sillones, sino un acuerdo con medidas y políticas concretas para la ciudad», indicó.

Lambán, que ayer presidió la comisión ejecutiva regional del PSOE, tampoco es partidario de pactos globales y permutas de instituciones, algo que ve «perverso». Pero sobre sus opciones por el centro-derecha, el presidente minimizó la importancia de las declaraciones de Villegas y el sanchismo.

Socarrón, admitió que él sufre a menudo «incontinencia» verbal, como se pudo comprobar en campaña al acusar a Pérez Calvo de no tener «ni puta idea» de cómo funciona el mundo. Pero una cosa es «lo que se dice en una rueda de prensa o en un acto público» y otra sentarse a negociar «en serio», lo que harán a partir de hoy mismo, según anunció, tanto para gobiernos como para grandes acuerdos educativos o económicos. «Con todos menos con Vox», aclaró. «No creo que Luis María Beamonte me apoye, pero quién sabe», ironizó.

De las negociaciones se encargará una comisión a nivel autonómico, anunció el presidente, integrada por el secretario de organización, Darío Villagrasa y los secretarios provinciales: Juan Antonio Sánchez Quero, Antonio Cosculluela y Mayte Pérez. Las negociaciones, advirtió Lambán, las llevará «el partido, no los candidatos», quizá un aviso a quien, como Pilar Alegría, han anticipado sus propias reuniones.

COORDINACIÓN

Las conversaciones en Aragón contarán con una fluida comunicación con Ferraz. Lambán anunció ayer que ha hablado con Pedro Sánchez, el secretario de organización, José Luis Ábalos y el secretario de organización territorial, Santos Cerdán. Este último, junto con el secretario de política federal, Patxi López, y la del área municipal, la zaragozana Susana Sumelzo, integran la comisión que sellará los pactos en Ferraz. Y como Lambán se declaró ayer «disciplinado» con la estructura central, aseguró que «acatarán» sus decisiones, entre las que estaría someter a la militancia los acuerdos, según pidió Ábalos.

Lambán volvió a presumir de gestión y «hegemonía» electoral, y aseguró que no darán por perdida ninguna institución en la que hayan obtenido mayoría o un gran resultado. Destacó no solo los autonómicos, sino localidades como Alcañiz, Andorra o Daroca, entre otras.

La ejecutiva socialista dejó clara la coordinación con Ferraz y la intención de pelear por todas las instituciones, aunque según fuentes del partido no hubo un claro posicionamiento sobre si mirar a Ciudadanos o a la izquierda para la DGA (el consistorio zaragozano se ve complicado), pero sí se incidió en el papel clave del PAR globalmente.

Frente a esta ambivalencia inicial, Chunta, con tres diputados en las autonómicas y ningún concejal por Zaragoza, quiere a toda costa evitar que el PSOE llegue a un acuerdo de gobierno con Ciudadanos, en el que ve, aparte de sus políticas liberales en materia económica, el fantasma del trasvase del Ebro.

Para conjurar ese mal, los aragonesistas, que convocaron ayer a su consello nazional, lanzaron una propuesta consistente en crear un pentapartido con cuatro fuerzas de izquierda (PSOE, Podemos, IU y la propia CHA) y los centristas del Partido Aragonés. «Sumamos 36 escaños y es la única alternativa posible», subrayó José Luis Soro, presidente de Chunta, que reconoció que la combinación «no es fácil».

El responsable aragonesista aseguró que su formación «no ve al PAR» pactando con Vox y apeló a la «responsabilidad» de los centristas y a su postura «acorde con su tradición autonomista y su defensa del Ebro y del autogobierno». «En Chunta Aragonesista no nos resignamos ni nos rendimos», insistió Soro, que hizo hincapié en que para «cerrar la puerta» a partidos trasvasistas es necesario buscar fórmulas como la del pentapartido, una opción que todavía necesita el visto bueno de su comité nacional.

REUNIÓN

«Es un llamamiento a los cinco partidos para que nos sentemos a hablar y entre todos busquemos fórmulas para conformar un Gobierno que eviten que estén en Ejecutivo de Aragón partidos como Vox, Ciudadanos y el PP», continuó el presidente de CHA. «No queremos que el futuro de Aragón se decida desde Madrid», agregó.

«No queremos poner en aprietos nadie, queremos de verdad que esta propuesta llegue a buen puerto y por eso hacemos un llamamiento a Lambán, Arturo Aliaga, Nacho Escartín y Álvaro Sanz para que nos sentemos», manifestó Soro, que pidió a todos «generosidad» y «altura de miras».

El líder de IU ya manifestó anteayer que «debe ser PSOE, ganador de las elecciones, quien decida si mira a la izquierda, añadiendo un componente regionalista con el PAR, o mira a la derecha pactando con Ciudadanos». Y ayer, Nacho Escartín también avaló la propuesta y los postulados de CHA, porque quieren hacer «lo posible para que no haya un Gobierno de derechas» y rechazan «totalmente un acuerdo del PSOE y Ciudadanos».

Chunta Aragonesista es consciente de que la fórmula elegida no tiene antecedentes en Aragón, de ahí que no ponga condiciones al ofrecimiento que hace a los otros cuatro partidos y se mantenga abierta a las fórmulas como que algunos apoyen «desde fuera» al futuro Gobierno de Aragón. En este sentido, Soro se refirió a la experiencia del pasado Ejecutivo, donde el PSOE, Chunta y Podemos, pese a diferencias sensibles, han llegado a formas de entendimiento fructíferas.

Por su parte, Arturo Aliaga, responsable del PAR, que aportaría tres diputados, se mostró dispuesto a hablar, pero dejó claro que su partido y algunas de las fuerzas del pentapartido «mantienen visiones antagónicas» en temas clave como la enseñanza, la política hidráulica y las comunicaciones.

«Hay cosas en determinados partidos incluidos en la propuesta que no encajan en la historia, el programa la ideología del PAR», zanjó el responsable de la fuerza centrista, que insistió en la imposibilidad de pactar con partidos que están en contra de la enseñanza concertada y obras como la travesía central, la interconexión eléctrica con Francia y las incluidas en el Pacto del Agua.

Mientras PSOE y Ciudadanos deshojan sus margaritas, el PP, un tanto agazapado, no quiere que se enfríe la sensación de éxito tras evitar el sopraso naranja y tener opciones de Gobierno con alianzas de derecha de amplio espectro. El candidato a la alcaldía zaragozano, Jorge Azcón, comenzará hoy mismo sus reuniones para lograrlo.