Ante el inminente cierra de la residencia de mayores de Movera, el sindicato Csif expresó su temor a que esta clausura "marque la pauta para desmantelar los Servicios Sociales públicos".

El próximo 30 de abril está previsto que abandone el centro el último usuario y, según el colectivo, "quedará allanado el camino para que, en un futuro no muy lejano, la asistencia sociosanitaria pública siga reduciéndose y pasando a manos privadas o concertadas". A través de un comunicado, Csif precisó que estos servicios se dirigen "a las personas más desprotegidas, como ancianos, minusválidos psíquicos y menores" y añadió que "ni garantiza la calidad del servicio que ofrece el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), ni logra el pretendido ahorro que la Diputación General de Aragón (DGA) persigue con estas maniobras".

El sindicato señaló que con el cierre de la residencia de Movera se eliminan "unos 80 puestos de trabajo y otras 71 personas van a pasar del IASS al Servicio Aragonés de Salud (Salud) mediante concurso de traslados", explicaron. La DGA explicó esta semana que "en el plazo que resta hasta final de mes" el personal fijo del IASS que trabaja en el centro de este barrio zaragoza deberá "reubicarse en vacantes que haya en otras residencias o en puestos ocupados por interinos". Según Csif, el escenario es "favorable" para que en el Instituto Aragonés de Servicios Sociales se reduzca "a pasos agigantados" los trabajadores fijos. "Ya se cerró una residencia en Teruel y ahora esta en Zaragoza. Además, queda en el aire que se clausure también una de las dos que hay en Huesca", apuntó el sindicato, que prevé que "esta descapitalización de personal no cesará, sino que, muy al contrario, se potenciará a través de los futuros concursos del Salud de traslados abiertos al personal del IASS".

MENOS CALIDAD Por otro lado, Csif consideró que "se va a perder calidad en el servicio" porque, según apunto en su comunicado, "el personal del sector público tiene obligatoriamente que estar en posesión de la titulación requerida, superar un proceso selectivo y recibir una formación".

Sin embargo, apuntaron que en una residencia privada "se puede contratar a menos personal y con menor cualificación, como por ejemplo con un curso de atención geriátrica que dura unos meses frente a unos estudios de varios años".