Juan José Foguedo, el hombre de 41 años que el pasado fin de semana se atrincheró en su casa del barrio zaragozano de Las Fuentes tras amenazar a su familia, está arrepentido de lo sucedido. "Me comporté como lo hice porque había bebido mucho", manifestó ayer este exvigilante jurado en su domicilio de la calle de Florián Rey, donde ahora vive solo porque su esposa y sus cuatro hijos menores de edad se hallan en un centro de acogida por orden judicial.

"La juez me puso en libertad el sábado por la noche, pero ahora no puedo ni acercarme a mi familia", explicó. "La juez dictó una orden de protección y he de mantenerme a 500 metros de ellos como mínimo, sin la posibilidad de hablarles siquiera. Es demasiado duro..."

"Quiero pedir perdón a mi mujer, decirle que cometí un error y que todo fue culpa del alcohol", señaló. "Durante la tarde y la noche del viernes --manifestó-- bebí sin parar, una botella de whisky y otra de licor de manzana, y eso pese a que lo tengo prohibido porque tomo 14 pastillas todos los días para mis problemas de salud y la hipertensión".

El sábado Juan José, que cree que su mujer le quiere, pese a que le tiene miedo, permaneció cuatro horas atrincherado en su casa, armado con varios cuchillos con los que pretendía lesionarse. Dejó marchar a su mujer y a sus hijos, pero su hija de 16 años prefirió permanecer con él. Ahora Juan José teme salir a la calle y vive recluido en el piso.

"La gente --dijo ayer-- me reconoce y me señala con el dedo, pero quiero dejar muy claro que yo no pegué a nadie, ni a mi mujer ni a mis hijos, y que es totalmente falso que los persiguiera por la calle".

"No soy para nada un maltratador --insistió--, y lo único que quería era hacerme daño a mí mismo".

"No sé qué me pudo pasar, no entiendo por qué volví a la bebida si llevaba dos años sin probar el alcohol", confesó. "Había llegado a deshabituarme y ahora estoy dispuesto a someterme de nuevo a una cura en Alcohólicos Anónimos".

Juan José, que se encuentra en paro, al igual que su mujer, cobra 763 euros al mes. Ayer tenía la cuenta a cero y se llevó una agradable sorpresa cuando comprobó que su mujer acababa de ingresar 300 euros "para que pueda seguir adelante".

El exvigilante jurado, que últimamente trabajaba como portero en una finca urbana, recibe tratamiento psiquiátrico. "No quiero perder a mi familia", comentó . "Estoy dispuesto a hacer lo que haga falta para volver con ellos y, si me dan otra oportunidad no volveré a fallarles en la vida". Juan José manifestó que su primera intención es "ir al centro de salud" para que le atienda un psiquiatra "con carácter de urgencia".

En el piso donde vive en Las Fuentes las horas se le hacen largas. Sólo encuentra consuelo en su afición por el antiguo Egipto, un civilización que le apasiona, como atestiguan los libros sobre el tema que se ven en las estanterías y las pequeñas figuras metálicas de faraones, dioses y guerreros. "Estoy dispuesto a cambiar para que todo siga como antes", concluyó.