El aspecto que presenta el edificio abandonado de la avenida Navarra, ubicado frente a la estación de Delicias, es el mismo que hace 25 años. Las ratas corretean ocasionalmente por las aceras, los matorrales superan el metro de altura y la basura se apila en montañas. Además, los vecinos han detectado que indigentes y jóvenes se cuelan en el interior desde el parque del Castillo Palomar, a través de un agujero que se ha realizado en la valla metálica. Sospechan que por las noches se trafica con droga.

Esta es la descripción que hacen los ciudadanos residentes en las inmediaciones del número 103-105 de la avenida. Hace tiempo que reclaman el acondicionamiento de la zona y que el Ayuntamiento de Zaragoza llegue a un acuerdo con los propietarios del edificio para poder derribarlo, aunque éste último objetivo se perfila como algo mucho más lejano.

Fue hace 25 años cuando unos particulares comenzaron a construir este bloque con la intención destinar las viviendas a pisos de alquiler. El proyecto no llegó a completarse nunca y hace dos años, con la modificación del Plan General de Ordenación Urbana, el consistorio zaragozano destinó este polémico solar a zonas verdes. Los propietarios del terreno persistieron en su idea y todavía no se ha alcanzado ningún acuerdo con la Administración local.

De hecho, según informó el presidente de la Asociación de Vecinos Manuel Viola de Delicias, Angel Muñoz, "la intención del colectivo es conectar el parque Castillo Palomar y la estación de Delicias a través de un corredor verde peatonal que discurriría por donde hoy se levanta el bloque de hormigón".

Pero para que este nexo de unión se haga realidad, el consistorio y los propietarios del inmueble deben terminar con un litigio que mantienen desde hace dos años. "Es una cuestión de metros cuadrados", explicó Muñoz. "El consistorio les ofrece otro solar, pero los propietarios lo rechazan alegando que les corresponden más metros cuadrados", precisó Muñoz.

De momento, fuentes de Urbanismo no han aclarado en qué punto está la negociación. Según el presidente de la asociación de vecinos, la última reunión entre ambas partes tuvo lugar hace unos dos meses. "Aunque no sé sabe en qué parará el asunto, lo importante es que un conflicto que permanecía estancando ya está sobre la mesa y han vuelto a retomarse los contactos", concluyó Muñoz.

Entre tanto, el ánimo de los vecinos se va encendiendo y únicamente solicitan, bien al ayuntamiento o bien a los propietarios, el acondicionamiento de este espacio, que se ha convertido en un "rincón de la vergüenza".

"La última actuación del consistorio fue el pasado mes de octubre. Entonces se consiguió que arreglaran la valla aunque la gente que se cuela ya se ha encargado de volver a abrir un agujero en la red para poder entrar", explicaron los afectados.

Ratas y suciedad

"En los garajes y en las aceras nos aparecen ratas por la suciedad y estamos seguros de que quienes se meten al solar andan con drogas", describieron los vecinos de los inmuebles vecinos.

La Policía Local ya está advertida de la situación y suele visitar la zona. Sin embargo, los vecinos reclaman la limpieza del entorno, mientras el ayuntamiento y los particulares siguen inmersos en un litigio que parece interminable.