Un año más, y ya van 26, EL PERIÓDICO DE ARAGÓN ha convocado los premios Aragoneses del año. En esta ocasión, en la categoría de Empresa, están nominadas Arpa Equipos de Campaña, Salgar, Bodegas San Valero y el Aeropuerto de Teruel. Las cuatro empresas, que juntas suman unos ingresos superiores a los 118 millones de euros, trabajan en sectores diferentes, en cada uno de los cuales tratan de destacar e innovar siguiendo sus propias estrategias.

Al frente de Arpa Equipos Móviles de Campaña está Clara Arpa, que es la CEO de esta organización empresarial familiar que se dedica a instalar equipos móviles de campaña para ejércitos y oenegés en zonas de conflicto o catástrofe humanitaria. Según la propia Arpa, la noticia de la nominación a los premios Aragoneses del año fue «una sorpresa total» que le pilló de viaje en Costa de Marfil. «No me lo esperaba. En tu día a día no eres consciente de la repercusión que puedes llegar a tener con tu trabajo. Ganar me haría muy feliz», dice.

Esta misma opinión la comparten el resto de los candidatos en la categoría Empresa. Javier Domeque, responsable de Márketing de Bodegas San Valero (empresa líder en producción de vino de la Denominación de Origen Cariñena), admite que esta nominación les llega en un momento «muy especial», ya que este año cumplen 75 años. Salgar, que se dedica a la fabricación de muebles de baño, también está de aniversario, ya que en 2019 celebran siete décadas de actividad.

Las cuatro empresas trabajan desde Aragón, y casualmente en las cuatro el peso de la exportación en sus ventas es determinante a la hora de seguir adelante. Cada una se ha adaptado de una forma diferente al territorio, que admiten que tiene pros y contras. Alejandro Ibrahim Perera, director general del Aeropuerto de Teruel, asegura que la vida en la capital turolense es muy «cómoda y fácil», lo que supone una ventaja con respecto a las grandes y congestionadas urbes.

Eso sí, existen otra serie de «carencias» en lo que respecta a la búsqueda de proveedores y personal cualificado que han tenido que superar pero que, al fin y al cabo, han contribuido al desarrollo de la provincia en su conjunto. Por ejemplo, en el instituto Segundo de Chomón ya han implantado un grado de técnico de mantenimiento aeroportuario que permitirá a muchos jóvenes de la zona poder encontrar salidas laborales de futuro. «Al principio tuvo que venir gente de fuera, como yo mismo -ríe Ibrahim, que es de origen canario-. Hoy por hoy podemos decir que hemos creado los requerimientos necesarios para poder continuar con nuestra actividad».

UNA «GRAN TIERRA»

En ese sentido, Arpa responde de forma clara: «Siempre digo que esta es una gran tierra para trabajar. Somos pocos y eso para mí es una ventaja, y además hay implicación por parte de la administración, aunque todo es susceptible de mejorar. Más de una vez nos han ofrecido irnos a Madrid pero nunca lo hemos necesitado».

Por su parte, desde Bodegas San Valero, se muestran orgullosos de poder aportar al desarrollo de su comunidad, Cariñena, donde son responsables de la creación de más de 200 empleos entre puestos directos e indirectos. Sobre este mismo aspecto, Arpa presume de que el 56% del producto que compran es aragonés y el 99% español.

Entre los objetivos de estas compañías destaca, como no podría ser de otra manera, el crecimiento empresarial y económico. Salgar, por ejemplo, prevé ampliar sus instalaciones de Monzalbarba y duplicar así la capacidad de producción. «Salgar, como la mayoría de la industria en España, pasó una recesión bestial y devastadora. Ahora que hemos salido de esta cápsula del tiempo, nos encontramos con un mercado europeo más competitivo y exigente y nos tenemos que poner a esa altura. Toca invertir», decía el presidente de la empresa, Óscar Martínez-Cubells el pasado diciembre.

Sobre crecimiento sabe, y mucho el director general del Aeropuerto de Teruel, que lleva al frente del mismo desde que esta empresa pública (pertenece en un 60% al Gobierno de Aragón y en un 40% al Ayuntamiento de Teruel) se puso en marcha en el año 2012. «La clave del éxito es nuestro saber hacer y haber acertado con el modelo de negocio», cuenta Ibrahim, que explica que nuestro país «tenía las condiciones meteorológicas idóneas» para un negocio como al que se dedican y que hasta que ellos llegaron nadie lo supo aprovechar. «Siendo como soy ingeniero aeronáutico para mí es un orgullo haber puesto en marcha un aeropuerto exitoso como este», añade.

A pesar de que la última tormenta económica todavía no ha amainado, parece que ya hay otra gestándose a la vuelta de la década. Para poder aguantar y sobrellevar el «puñetazo», como lo califica Arpa, los cuatro grupos deben estar preparados para aguantar. Ahora bien, la empresaria reclama «estabilidad». «No podemos tener gobiernos de ocho meses», concluye.