Aragón es una tierra propicia para ayudar y ser ayudado, o al menos eso es lo que se deduce cuando se comparte conversación con los cuatro nominados a los premios Aragoneses del año en la categoría de Valores humanos. The Water Van Proyect, APASCIDE, la Unidad de Insuficiencia Cardíaca del Hospital Miguel Servet y la Fundación La Caridad son las cuatro entidades que optan a llevarse este galardón. El ganador se conocerá el día 8 de mayo en la gala de estos premios que, un año más, organiza EL PERIÓDICO DE ARAGÓN.

Está claro que los premios y el reconocimiento no es lo que les mueve, pero los cuatro candidatos reconocen que siempre es una «alegría» que valoren el trabajo diario de cada uno de ellos. En palabras de Marisa Sanz, responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca, la nominación «ha sido una gran sorpresa». Desde su área del Servet han implantado un nuevo sistema de atención a los pacientes que les permite una relación más cercana y humana con ellos. «Pueden llamarnos cuando quieran o venir a la unidad. Hemos conseguido reducir el número de ingresos y eso es muy importante porque mejora la calidad de vida de los pacientes. No mejoramos pronóstico, pero sí bienestar», admite orgullosa Sanz.

En el caso de esta médica, la labor que este diario le reconoce es al mismo tiempo su profesión, un oficio que le «encanta» y le «divierte muchísimo» pero en el que muchos días «hay que invertir muchas horas de más».

Y mucho tiempo invierten también los cuatro jóvenes que montaron hace ahora tres años The Water Van Proyect, una iniciativa que conjugó sus ganas de ayudar y de conocer mundo. Diego Félez, uno de sus creadores, recuerda así el momento en el que decidió dejarlo todo y recorrer Latinoamérica para llevar agua potable a las comunidades marginadas: «El primer año, cuando fuimos nosotros solos, ayudamos a unas 20.000 personas. De lo que más orgulloso estoy es de haberme atrevido a dejar un puesto de trabajo en el que tenía mucha proyección por este proyecto». Ahora, estos cuatro emprendedores han vuelto a trabajar en otros asuntos mientras dedican sus ratos libres a que otras personas puedan vivir su misma experiencia y puedan dedicar algo de su tiempo a ayudar.

Y de una organización, como es The Water Van Proyect, con tres años de vida a otra con más de un siglo. La Fundación La Caridad, tal y como cuenta su director Daniel Gimeno, nació con el objetivo de cubrir las necesidades que en cada momento tuviese la sociedad zaragozana. En los últimos tiempos, desgraciadamente, y por culpa de la crisis económica, el trabajo de La Caridad se ha intensificado, ya que en muchas familias «la pobreza se ha cronificado». «Atendemos a tres grupos sociales principalmente: infancia, personas mayores y personas en riesgo de exclusión social. Es muy gratificante pero ha habido momentos en los que la labor de nuestra fundación no ha sido lo suficientemente reconocida».

El cuarto nominado es APASCIDE-Aragón, la Asociación de Padres y Amigos de Sordociegos de Aragón. Su presidenta, María Jesús Morales, es madre de ocho hijos, uno de ellos sordociego, y ha tenido que trabajar durante toda su vida para poder sacar a su entorno adelante. «Y además, he tenido que pelear y montar estas asociaciones para tener más visibilidad», denuncia. Morales lleva desde el año 2007 detrás de la aprobación de una ley que regule y proteja la situación de los sordociegos en España.

Son cuatro organizaciones dignas de ser admiradas, pero las cuatro piden más implicación por parte de las instituciones. «Queda mucho por hacer. Hace falta más unión por parte de los políticos. La crispación no nos hace ningún bien», según concluye Gimeno.